Publio Cornelio Dolabella (en latín, Publius
Cornelius Dolabella;70 a. C.-43 a. C.) fue sin duda el miembro más importante
de la familia de los Cornelios Dolabellas, una rama plebeya de la gens
Cornelia. Estuvo casado con la hija de Marco Tulio Cicerón, Tulia
Cicerón.
Probablemente era hijo del pretor urbano del año 67
a. C. Publio Cornelio Dolabella. Nació alrededor del año 70 a. C. Fue un hombre
considerado el más libertino de su tiempo y en su juventud fue culpable de
muchas ofensas, que lo pusieron en peligro y por las que Cicerón tuvo que salir
más de una vez en su defensa.
En 51 a. C. fue nombrado miembro del colegio de
quindecimviri y al año siguiente acusó a Apio Claudio de violar los derechos
del pueblo; Apio deseaba ser defendido por Cicerón y para evitarlo Dolabella
quiso casarse con Tulia, la hija del orador, a pesar de que aún no había
repudiado a su esposa Fabia. La esposa de Cicerón aceptó el matrimonio de su
hija con Publio y el casamiento se concertó y se celebró, a pesar de la
oposición de Cicerón debida al carácter vicioso de su yerno.
Finalmente Apio Claudio fue absuelto. Después
de este hecho, Cicerón habla de su yerno en sus cartas con gran admiración y
estimación.
Cuando estalló la Guerra Civil entre Cayo Julio
César y Cneo Pompeyo Magno, tomó primero el bando del líder de los
Optimates, Pompeyo, pero pronto se vio obligado, presionado por sus acreedores,
a buscar refugio en el lado de César. Este marchó a Hispania para luchar contra
los Pompeyanos y le envió con una flota al mar Adriático, donde no hizo ninguna
acción de mérito.
Dolabella estuvo presente en la batalla de Farsalia
en la que resultó derrotado Pompeyo. Después de esta batalla, Dolabella regresó
a Roma, pero no obtuvo ninguna recompensa de César para poder hacer frente a
sus deudas y las reclamaciones de sus acreedores continuaron. En apenas dos
años Tulia, su esposa, quedó embarazada dos veces y tuvo dos hijos, pero
abandonó a su marido cuando esperaba el segundo.
Para obtener el tribunado de la plebe se hizo adoptar
por una familia plebeya, los Léntulo. Gneo Léntulo Vatia lo adoptó y por
este motivo algunas veces es llamado Gneo Léntulo Dolabella. Así, en 48 a. C.
para escapar de las exigencias de sus acreedores, introdujo (en su condición de
tribuno de la plebe) un proyecto de ley que exponía que todas las facturas
debían ser canceladas, pero encontró una enconada oposición en sus colegas
magistrados encabezados por el cónsul Publio Servilio Vatia Isaúrico, y
el pretor urbano Gayo Trebonio causando graves disturbios en Roma. César
a su vuelta de Alejandría, viendo lo peligroso de dejar a Dolabella en Roma, se
lo llevó en la expedición a África e Hispania, donde combatió en la Batalla de
Tapso y en la Batalla de Munda, en las que fueron derrotados por completo los
republicanos. En esta última campaña fue herido en acción.
César le prometió el consulado para el año 44 a. C.,
a pesar de que Dolabella tenía tan sólo 25 años de edad, y todavía no había
sido pretor, pero después no cumplió lo prometido y se designó a sí mismo como
cónsul para ese año. Sin embargo, como ya se había resuelto su campaña contra
los partos, César volvió a prometer a Dolabella el consulado en su ausencia,
pero Marco Antonio, que era augur, se opuso a este nombramiento y cuando
los comicios se llevaron a cabo, llevó su amenaza a la práctica. El Senado
tenía que resolver la materia, pero antes de que pudiera tomar una decisión,
César fue asesinado en los idus de marzo.
A la muerte de César, Dolabella tomó posesión de las
fasces consulares. Dolabella intentó establecer buenas relaciones con Marco
Junio Bruto y los otros líderes de la facción optimate para ser confirmado
en su puesto. Su suegro Cicerón se alegró de estos supuestos sentimientos
republicanos de Dolabella, que le hicieron destruir un altar que se había
levantado dedicado a César, y ordenó que las personas que fueran allí con la
intención de ofrecer sacrificios a César fueran arrojadas desde la roca
Tarpeya, o clavadas en la cruz.
Pero cuando Marco Antonio, su colega en el
consulado, le ofreció el gobierno de Siria y el mando de la expedición contra
el Imperio Parto, Dolabella cambió de bando una vez más. Como Casio también
reclamaba la provincia de Siria, Dolabella abandonó Roma antes de terminar su
año de consulado. Su viaje a la provincia de Siria a través de Grecia,
Macedonia, Tracia y Asia Menor, estuvo caracterizado por la extorsión, el
saqueo y el asesinato del procónsul de Asia Cayo Trebonio que le negó la
entrada a la ciudad de Esmirna.
Tras este crimen, Dolabella fue declarado enemigo
público y remplazado por Cayo Casio Longino, que le atacó y derrotó en
Laodicea en (43 a. C.). Cuando las tropas de Casio entraron en la ciudad, Dolabella
pidió a un soldado que le clavara su espada.
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