El mundo no es el jardín ni
la cálida y alegre arena que los jóvenes creen que es. Es un pozo de tormentos
y el hombre jamás llega a averiguar todos sus laberintos ni a hallar a todos
los minotauros. En cada nuevo sendero que se recorre aguardan nuevos dolores de
agonía, que jamás se han experimentado antes. Siempre hay un enemigo para
desafiarte, hasta que el alma expira de cansancio y falta de esperanza.
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