Un perro callejero encontró una vez la mano de un hombre en
una encrucijada, la llevó al lugar en el que Vespasiano se hallaba almorzando y
la dejó caer sobre la mesa. Habiendo sido responsable de las calles de Roma en
su calidad de edil durante el reinado de Calígula, es indudable que debió de
ver el incidente con muy malos ojos.
( Suetonio en "El divino Vespasiano" )
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