Filipo, rey de Macedonia y padre de Alejandro Magno, que tenía
un solo ojo, montaba en cólera si alguien nombraba delante de él al Cíclope o
solo la palabra "ojo". Hermías, el gobernador de Atarneo, aunque en
todo lo demás era de natural afable, según se dice, no soportaba fácilmente,
por ser un eunuco, que nadie nombrara un cuchillo o un corte o una amputación.
( Demetrio en "Sobre el
estilo")
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