Ella es una monarca oriental,
nieta de Mitrídates el Grande. No hay una gota de Ptolomeo en ella, ellos
siempre han sido lentos y de poca ambición durante generaciones, más
preocupados por robarse el trono de Egipto los unos a los otros que por mirar
hacia adelante. Cleopatra está hambrienta de expansión; son los apetitos
mitridáticos y seléucidas. Por eso quiere aprovecharse de Marco Antonio para
satisfacer su ambición de más territorios y poder, hasta llegar a coronar a su
hijo Cesarión como el nuevo faraón de Roma y de todo el orbe conocido, que es
su verdadera obsesión. Ella es un poco como Tetis, capaz de transformarse en lo
que cree necesario para conseguir sus fines. Si es necesario ella se humillará,
seducirá y se acostará todo lo que haga falta con Marco Antonio, e incluso con
César Octavio, con tal de conseguir sus propósitos.
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