Una célebre envenenadora
llamada Locusta proporcionó a Nerón un brebaje cuyo efecto defraudó su
impaciencia, pues no produjo a Británico más que una diarrea. Hizo traer a
aquella mujer, la azotó con su propia mano y la reconvino por haber preparado
una medicina en vez de un tósigo. Y la obligó a preparar en su propio palacio y
delante de él, un veneno más rápido y más activo que le fuese posible. Lo
ensayó en un cabrito, el cual todavía vivió cinco horas. En vista de ello lo
hizo fortalecer y concentrar más tras lo cual se lo dio a un cochinillo que
murió en el acto. Cumplida su misión, fue recompensada: En cuanto a Locusta,
recibió en premio de su servicio la impunidad, considerables bienes y hasta
discípulos.
( Suetonio )
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