Pródico de Ceos (gr. Πρόδικος Κεῖος Pródikos Keíos; h. 465-h. 395 a. C.) nacido en el poblado de
Yulis, en la isla egea de Ceos (una de las Cícladas, en el mar Egeo), fue un
filósofo griego, que formó parte de la primera generación de sofistas. Fue
contemporáneo a Sócrates, por lo que pertenece por tanto a los llamados
filósofos presocráticos.
Su enseñanza consistía en gramática y retórica.
Más joven que Protágoras y pocos años menor
que Sócrates (c. 470- c. 399 a.C), murió algo después que éste (las fechas
estimadas para su muerte oscilan entre 415 y 399). Viajó a Atenas como
embajador de Ceos, siendo el más competente de sus conciudadanos para ello pese
a su sordera y su voz de bajo. Se dice que gustaba de jóvenes de familias
pudientes y de alcurnia y que pagaba por que se las buscaran.
No nos ha llegado ninguna obra completa de Pródico, y
todo lo que conocemos es a través de citas y, especialmente, referencias en
autores coetáneos o posteriores. Las referencias a su obra y sus escasísimos
fragmentos están editados en Diels, Hermann y Walther Kranz 1960-1961 (6ª ed.) Die
Fragmente der Vorsokratiker, nº 84.
Al parecer una buena parte de la investigación de
Pródico se refiere al correcto uso del lenguaje, tal como se evidencia en
varios diálogos de Platón. Puso especial énfasis en la distinción entre
los diversos sentidos de una misma palabra. En los Diálogos platónicos Socrates
aparece varias veces como compañero de Pródico, a cuyas lecciones habría
asistido con frecuencia.
Aristófanes, en su obra de teatro Las nubes,
le considera un experto en astronomía, y en la obra Las aves afirma que compuso
una Cosmogonía.
Según Sexto Empírico (Mat. 9, 18), Pródico
enseñaba que:
Los antiguos consideraron como dioses el Sol, la
Luna, los ríos, las fuentes y en general todas aquellas cosas que son útiles
para nuestra vida, en la medida en que la ayudan, igual que los egipcios
deificaban al río Nilo, y, añade que por esta razón el pan fue llamado Deméter,
el agua Poseidón, el fuego Hefesto, y así sucesivamente cada cosa que era útil.
Por tanto, da una imagen de los dioses como encarnación de lo útil.
Con ello estableció la base para una teoría
naturalista de la religión y de la interpretación de los mitos según el
evemerismo; también afirmaba que el alma humana es el resultado de la
organización. Tanto él como Diágoras de Melos y algunos otros fueron
considerados ateos.
Se le atribuye la fábula de Heracles en la
encrucijada, donde relata la dificultad de elección entre dos modos posibles de
vida, personificados en dos mujeres que se le acercan: la Virtud y el Vicio. La
primera ofrece una vida austera, esforzada y sencilla. La segunda una agradable
existencia dedicada al ocio y los placeres. Pródico elegirá la virtud, ya que el
vicio proporciona un placer que no puede serlo realmente, ya que da comida
antes de tener hambre y agua antes de tener sed.
Se le conocen varios textos: Sobre la naturaleza,
Sobre la naturaleza del hombre, Cosmogonía y Las estaciones" (Ὧραι).
Pródico es también el protagonista de la novela
histórica y policíaca de Ignacio García-Valiño Las dos muertes de
Sócrates, donde se encarga de investigar el misterio de la muerte del famoso
filósofo.
LA ISLA DE CEOS DE DONDE PROCEDE EL FILÓSOFO PRÓDICO |
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