(...) La aspiración innata del hombre a la libertad es
invencible; puede ser aplastada pero no aniquilada.
(...) Todo ello
demostró que el instinto de libertad en el hombre es invencible. Había sido
reprimido, pero existía. El hombre condenado a la esclavitud se convierte en
esclavo por destino, pero no por naturaleza.
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