Estratonica, que fue la que gozaba de mayor dignidad y se mantenía en un alcázar magnífico, era hija, a lo que parece, de un cantor anciano, de pobre suerte en todo lo demás; pero de tal manera se apoderó del corazón de Mitridates habiendo cantado en un festín, que se la llevó para reposar con ella; mas el viejo salió de allí de muy mal humor, porque ni siquiera le había dirigido una palabra afable y benigna. Éste, a la mañana, cuando al despertarse vio en su habitación aparadores con vajilla de oro y plata, gran número de sirvientes, eunucos y jóvenes que le presentaban vestidos de los más ricos, y a la puerta un caballo con preciosos aireos, como los de los amigos del rey, creyendo que todo aquello fuese juego y burlería intentó marcharse de la casa; pero deteniéndole los criados y diciéndole que el rey le hacía el presente de la casa de un hombre rico que acababa de morir, y que todo aquello no era más que primicias y bosquejos de mayores bienes y riquezas, creyólo entonces, aunque todavía con dificultad, y tomando la púrpura, y montando a caballo, dio a correr por la ciudad gritando: “Todo esto es mío”, y a los que se burlaban decía que no era aquello de extrañar, sino el que, loco de contento, no tirase piedras a cuantos encontrara.
Pasión por los romanos. Un blog de divulgación creado por Xavier Valderas que es un largo paseo por el vasto Imperio Romano y la Antigüedad, en especial el mundo greco-romano.
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario