Lucio Furio Filo (en latín, Lucius Furius Philus) fue
un político y militar romano, muy vinculado con Escipión Emiliano y Cayo
Lelio Sapiens.
En 136 a. C. alcanzó el consulado con Sexto Atilio
Serrano como colega; como cónsul electo los senadores le concedieron la
administración de la provincia de Hispania Citerior, con lo que le
responsabilizaron de la entrega de Hostilio Mancino a los numantinos, al
que los rebeldes habían derrotado y obligado a concluir un tratado muy
desfavorable para los intereses romanos.
Cuando Metelo Baleárico y Quinto Pompeyo trataron
de impedir la marcha del cónsul les ordenó ir con él en calidad de legatus. Una
vez en su provincia ordenó a los soldados establecerse en las inmediaciones de
la capital de los sediciosos y cerciorarse de que Mancino acabara en sus manos,
pero los numantinos cerraron sus puertas y rechazaron quedarse con el
ex-cónsul, con lo que pretendían no violar el pacto que habían concluido con
éste.
Fue amante de la literatura griega y amigo de muchos
eruditos griegos.
Cicerón le menciona en una de sus obras, en la
que alaba el estilo de sus discursos:
Lucio Furio Filo hablaba muy bien el latín, y con más
literatura que los demás.
No hay comentarios:
Publicar un comentario