Marco Porcio Latrón (Corduba, 58 - 4 a. C.), rétor
hispanorromano, el más importante de su época.
Nacido en Tarraco (Tarragona) o, según otros, en
Corduba (Córdoba), fue, según las Controversias de Séneca el Rétor, quien trazó
su semblanza, un gran trabajador y capaz de improvisar sobre cualquier tema
apoyándose en una serie de lugares comunes, a que recurría en un momento dado.
Muy joven aún marchó a Roma, donde abrió escuela de declamación a la que
acudieron Ovidio, Floro, Fulvio Esparso, Abronio Silo... Lo admiraron
sus contemporáneos y le amaron sus discípulos. Quintiliano le apellidó
Primus clari nomines professor (Int. Orat. X, 5, 18), y Plinio el Viejo Clarus
inter magistros dicendi (Hist. Nat. XX, 14, 57). El mismo Plinio afirma que le
tenían tal adoración sus discípulos que, hasta por imitar la palidez de su
semblante, bebían el carminum silvestre. Su estilo era vehemente, conciso y
austero. Según San Jerónimo, "exasperado por unas pertinaces
cuartanas que padecía, se quitó la vida en el año 3, a los cincuenta y cinco
años de edad"..
Se conservan fragmentos de él en las Controversias y
en las Suasorias de Séneca el Rétor. Pero estima la crítica que son apócrifas
las Declamationes que se le atribuyen y que da como auténticas José Amador
de los Ríos.
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