En el
año 334, el emperador Constantino decretó:
En
cuanto a las fincas imperiales de Cerdeña, hay que asegurarse de que los nuevos
poseedores de tierra distribuida entre diferentes propietarios no separen a las
familias
de
esclavos. ¿Quién toleraría que los hijos fuesen apartados de los padres, los hermanos
de las hermanas y los maridos de las mujeres (sic)? Por tanto, si alguien ha repartido
a las familias entre diferentes señores, es obligatorio reagrupar a esas familias
que han sido separadas. Póngase gran cuidado para que en lo sucesivo no se produzcan
quejas en la provincia a causa de la distribución de los seres queridos entre diferentes señores.
(Código Teodosiano)
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