¿Qué
clase de gobierno tenemos hoy en día, bajo el Senado, los tribunos del pueblo y
sus tribunales? ¡El privilegio para unos pocos! ¡La esclavitud para la mayoría!
¡Desprecio para los libertos, burlas para el trabajador y mofa del humilde!
¡Ventajas para los poderosos, los adinerados y los orgullosos! ¡Leyes que
protegen a los terratenientes y a los ricos propietarios; leyes para oprimir a
los hambrientos y depauperados cuyos ojos jamás han visto un sestercio de oro!
¿Puede una nación llamarse libre y grande si tiene muchedumbres sin esperanza?
¡No! Cada noche, dentro de los muros de esta ciudad, hay decenas de miles de
personas desesperadas que se retiran con sus familias a sus jergones con los
estómagos vacíos. Por mucho que trabajen, no pueden ganar lo suficiente para
comer hasta quedar satisfechos, ni pueden criar a sus hijos ni llamarse libres.
¡Yo os digo que el más ínfimo de los esclavos de la casa de un rico, es más
afortunado que el romano corriente! ¿Es eso justicia? ¿Hay derecho a eso? ¡No!
Os digo
que os miro esta noche sin poder contener mis lágrimas por vuestros
sufrimientos, vuestra desgraciada situación y vuestra terrible miseria, ¡por
los continuos tormentos que padecéis por vuestra falta de privilegios! Ya
habéis sufrido demasiado. Desde que el gobierno ha caído bajo el poder de unos
pocos, reyes y príncipes de todo el mundo han iniciado la costumbre de hacerles
regalos; las naciones y los estados les pagan tributos. Pero los demás, por
valientes y dignos que seamos, tanto patricios como plebeyos, somos
considerados por ellos como una plebe, que no tiene importancia y con la que no
merece la pena tratar, ¡pisoteados por las botas de aquéllos, que, si las cosas
fueran como debían ser, deberían mostrarse asustados ante nosotros!
En sus manos están toda la influencia, el
poder y los beneficios. Para nosotros reservan las burlas, las amenazas, las
persecuciones y la pobreza. ¿Cuánto tiempo vamos a seguir soportando con
humildad y sumisión? ¿Cuánto tiempo, mis desposeídos camaradas, vais a seguir
soportando esto? ¿No es mejor morir tratando de cambiar el presente estado de
cosas que vivir sufriendo de insolencia en las peores condiciones de pobreza e
infamia?
¡Os
juro que obtendremos el éxito fácilmente! Somos jóvenes y nuestro ánimo no es
fácil de quebrantar. Nuestros opresores, por el contrario, son ricos agotados.
¡Por lo tanto, sólo tenemos que dar el primer paso y seguirá el resto!
¡Camaradas! ¡Pronto os daré la señal! ¡Preparaos para ese día! ¡Nuestra hora ha
sonado! ¡Para mí, el poder para
protegeros; para vosotros, oro, libertad y botín! ¡Roma es nuestra!
(
Salustio )
No hay comentarios:
Publicar un comentario