Agatón de Atenas (En griego antiguo:Ἀγάθων, ca. 448 – 400 a. C.) fue un poeta
trágico ateniense, quizá el más importante después de Esquilo, Sófocles y
Eurípides, célebre por su elegancia y su belleza física. Se conservan menos de
40 versos de su obra. Su primera victoria en las competiciones dramáticas la
obtuvo en las Leneas, en el año 416 a. C., cuando todavía no había cumplido los
30 años. El banquete celebrado en su casa para celebrar el éxito sirve de marco
escénico al diálogo de Platón titulado Simposio (El Banquete).
En dicho banquete se hallaba presente también su
amante, Pausanias, del que apenas se conoce nada fuera del Simposio. La primera
mención de su relación se da en una reunión en casa de Protágoras, datada el
433 a. C. En el diálogo Protágoras de Platón, Agatón era por entonces un joven
próximo a la veintena, de noble naturaleza y gran belleza; reclinado junto a
Pausanias, claramente un hombre ya crecido, el narrador dice «no me
sorprendería si resultara ser el novio de Pausanias». Durante el banquete que
recoge el Simposio, quince años después, son ya reconocidos como amantes. De
hecho, en el Simposio Aristófanes se refiere a ellos como un posible ejemplo de
aquellas parejas homosexuales que, en su mito, resultan de la bisección de una
criatura original hombre-hombre.
Agatón fue un innovador, siendo el primero en crear
una tragedia basada en un tema irreal, con personajes imaginarios, sin tomarlos
del mito griego. Bajo la influencia del sofista Gorgias, desarrolló un estilo
poético florido, como refleja Platón en el encomio del amor que le atribuye en
el Simposio. En Las Tesmoforias (411 a. C.), Aristófanes parodia su estilo
literario, e incluso le hace aparecer disfrazado (la tradición describe a
Agatón como afeminado y sexualmente pasivo) y se dice que está fácilmente
disponible para ser sodomizado.
Entre 411 y 405 a. C. Agatón, con unos cuarenta años
de edad, se estableció con su amante Pausanias en Macedonia, bajo el reinado de
Arquelao I, un destacado patrón de las artes. También residía allí Eurípides,
que tenía por entonces setenta y dos años y desarrolló un cierto interés
erótico por Agatón. Al haberlo besado en un banquete, siendo Agatón un hombre
ya maduro, el rey se lo reprochó. Eurípides respondió que, tratándose de
hombres apuestos, «el otoño es tan agradable como la primavera».
No hay comentarios:
Publicar un comentario