Cuando
hubo agotado los tesoros y se vio reducido a la pobreza, recurrió a la rapiña,
mostrándose fecundo y sutil en los medios que empleó, como el fraude, las
ventas públicas y los impuestos… Vendía en la Galia las alhajas, muebles,
esclavos y hasta los libertos de los conjurados sobre los que había recaído
sentencia condenatoria, obteniendo con ello ganancias inmensas. Seducido por el
cebo de la ganancia, mandó llevar de Roma todo el mobiliario de la antigua
corte… y no hubo fraude ni artificio que no emplease en la venta de aquellos
muebles, censurando a algunos compradores su avaricia, preguntando a otros «si
no se avergonzaban de ser más ricos que él» y fingiendo a veces prodigar de
aquella manera a particulares lo que había pertenecido a príncipes.
(
Suetonio )
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