Últimas palabras del emperador Marco Aurelio es una
obra de Eugène Delacroix pintada al óleo sobre lienzo con unas dimensiones de
348 x 260 cm. La obra está datada en 1844 y actualmente se conserva en el Museo
de Bellas Artes de Lyon.
El primer texto en el que se menciona la obra es en
el catálogo del Salón de París de 1845 donde fue expuesto. En dicho catálogo se
podía leer: "La figura de Marco Aurelio, incluso enfermo y muriéndose, nos
parece se encuentra en un prematuro estado de descomposición. Las sombras de
verde y amarillo, las cuales golpean su cara, le dan una apariencia bastante
cadavérica.[...] algunos ropajes pueden estar demasiado arrugados y algunas
actitudes muestran una carencia de nobleza."
La obra recibió numerosas críticas negativas aunque
el escritor y también reconocido crítico de arte Charles Baudelaire, alabó la
obra diciendo: "Una hermosa, enorme, sublime e incomprendida
pintura."
Esta gran pintura describe las últimas horas de vida
del emperador romano Marco Aurelio, personaje admirado por Delacroix por ser,
entre otras cosas, una de las figuras claves del estoicismo, doctrina de la que
el pintor se confesaba admirador. Marco Aurelio está representado en el centro
de la obra como un hombre anciano y enfermo que sujeta el brazo de un hombre
joven vestido de rojo, su hijo Cómodo. Cómodo parece no prestar atención a lo
que su padre desea decirle mostrando una actitud arrogante. Alrededor de la
cama se encuentran los amigos filósofos del emperador agonizante que son
retratados como personas apenadas vestidas con ropa de tonos sombríos. De este
modo Delacroix representa el fin del Imperio Romano.
Delacroix, quien quedó fascinado por el color rojo
después de su viaje por el Norte de África en 1832, consigue centrar la mirada
del espectador en Cómodo, vestido de rojo brillante y representado en lo que
parece una postura poco digna para un momento tan delicado. Por desgracia, el
mensaje que Delacroix pudo querer transmitir permanece oculto.
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