No
permitía que los gobernadores a los que designaba le expresaran directamente,
como era costumbre, su agradecimiento ante el Senado, porque decía: «Estos
hombres no tienen que darme las gracias como si hubieran estado buscando un
cargo; más bien yo debo agradecerles que me ayuden a soportar con alegría la
carga de gobierno. Y si cumplen bien con su tarea, los alabaré mucho más con mi
silencio».
(
Dión Casio)
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