Hice a menudo la guerra, por tierra y por mar. Guerras
civiles y contra extranjeros, por todo el universo. Y, tras la victoria,
concedí el perdón a cuantos ciudadanos solicitaron gracia. En cuanto a los
pueblos extranjeros, preferí conservar que no destruir a quienes podían ser
perdonados sin peligro para Roma. Unos
500.000 ciudadanos romanos prestaron sagrado juramento de devoción a mi
persona. De entre ellos, algo más de 300.000, tras la conclusión de su servicio
militar, fueron asentados por mí en colonias de nueva fundación o reenviados a
sus municipios de origen. A todos ellos asigné tierras o dinero para
recompensarlos por sus servicios de armas. Capturé 600 navíos, entre los que no
cuento los que no fuesen, cuando menos, trirremes.
Pasión por los romanos. Un blog de divulgación creado por Xavier Valderas que es un largo paseo por el vasto Imperio Romano y la Antigüedad, en especial el mundo greco-romano.
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