Marco Titio (o Ticio) (en latín,
Marcus Titius), fue cónsul suffectus de la República romana en 31 a. C.,
sucediendo en el cargo a Marco Valerio Mesala Corvino, el 1 de mayo de
ese año y ejerciendo esa magistratura hasta finales del mes de septiembre.
Marco Titio era hijo de un tal
Lucius Titius, el cual estaba casado con Munatia, la hermana de Lucio
Munacio Planco. Las magistraturas que Lucio Ticio ejerció no se conocen,
pero fue proscrito hacia finales del año 43 a. C. y se escapó para unirse a Sexto
Pompeyo en Sicilia. Debido a esto su hijo, Marco Ticio, construyó una
flota con la que saqueó la costa de Etruria. En el 40 a. C. fue capturado en la
Galia Narbonense por Menodoro, un almirante de Sexto Pompeyo, pero fue
indultado por este último por respeto a su padre. Debido al Pacto de Miseno,
realizado entre los triunviros Marco Antonio y Octaviano con Sexto
Pompeyo, a muchos exiliados se les permitió volver a Roma, entre los cuales estaban
Marco Ticio y su padre.
Probablemente, fue por influencia
de su tío Munacio Planco, que Ticio entró al servicio de Marco Antonio. En el
36 a. C. Ticio participó como cuestor en la campaña de Antonio contra los
partos. Después de que los romanos trataron en vano de capturar Phraaspa, la
capital de la Media Atropatene, se retiraron a Armenia, pero en su camino
fueron atacados con frecuencia por el ejército parto. En uno de estos ataques
Ticio intentó, sin éxito, evitar que el tribuno Flavio Galo fuera en
persecución del enemigo. El ejército de Galo pronto fue rodeado y se salvó sólo
porque Antonio llegó con las fuerzas principales.
Por aquella época, finales del año
36 a. C., Sexto Pompeyo había huido de Sicilia hacia la isla de Lesbos, después
de su derrota a manos de Octaviano. En esta isla griega, Pompeyo reunió un
nuevo ejército y una nueva flota. Antonio, tras regresar de su malograda guerra
contra los partos, se enteró de la llegada de Pompeyo y recibió a sus enviados
que esperaban negociar una alianza con él. Sin embargo, el triunviro era
desconfiado, e instruyó a Ticio para preparar un ejército y una flota contra
Pompeyo, por si era necesario luchar contra él, o bien, si Pompeyo quería ser
su aliado debía acompañar a Ticio a Alejandría. Pero, Pompeyo ya había
desembarcado en el noroeste de Asia Menor a principios de 35 a. C., sin
encontrar resistencia por parte de Cayo Furnio, el gobernador de la
provincia romana de Asia, debido a que Furnio no contaba con fuerzas
suficientes, e ignoraba las órdenes de Antonio.
De esta manera, Pompeyo logró
capturar Lámpsaco, Nicea y Nicomedia, pero luego Ticio llegó desde Siria, donde
había recibido de su tío, el gobernador Lucio Munacio Planco, un ejército y 120
naves. La flota de Ticio se vio reforzada por 70 barcos que llegaron de Sicilia,
donde habían apoyado a la flota de Octaviano en su lucha contra Pompeyo. De
esta forma, Ticio estableció su cuartel general en la Isla de Mármara.
Debido a que Ticio se negó a
negociar y tenía muchos más buques, Sexto Pompeyo quemó su flota, y sus
tripulaciones quedaron integradas a sus fuerzas de tierra, ya que quería
marchar a través de Bitinia al reino de Armenia. Fue perseguido por los
ejércitos de Ticio, Furnio y Amintas, rey de Galacia. Pompeyo fue capaz
de ocasionar importantes pérdidas en sus perseguidores, pero pronto su
situación se hizo desesperada. Intentó rendirse al amigo de su padre, Furnio,
pero éste lo remitió a Ticio, al parecer porque él no estaba en condiciones de
celebrar un acuerdo, ya que Ticio era el comandante supremo del ejército y por
lo tanto, desde el comienzo del 35 a. C. el nuevo gobernador de Asia.
Aprovechando la noche, Pompeyo trató de llegar a la costa con la infantería
ligera con objeto de quemar las naves de Ticio. Sin embargo, su medio hermano Marco
Emilio Escauro, le traicionó, permitiendo que Amintas y 1.500 jinetes le
capturaran cerca de Midaeion en Frigia. Pompeyo fue llevado a Mileto, donde fue
ejecutado por Ticio, aunque este último le debía la vida.
Si Tito decidió esta ejecución por
cuenta propia, o por orden de Antonio o Munacio Planco es incierto. El
historiador romano Dion Casio afirma que fue el propio Antonio quien
ordenó la pena de muerte en una carta dirigida a Ticio, pero canceló esta orden
en una segunda carta. Según el historiador Apiano, Ticio ejecutó a
Pompeyo, ya sea porque estaba enojado con él por una ofensa anterior, o
siguiendo instrucciones de Minucio Planco, o bien del propio Antonio.
Probablemente Ticio ocupó el cargo
de pontífice desde el 34 a. C.. En el año 33 a. C. se hizo evidente el
inminente choque entre los triunviros. Antonio reunió a sus tropas en Éfeso en
el invierno del 33/32 a. C. Aquí Ticio junto con su tío Munacio Planco, Cneo
Domicio Enobarbo y otros seguidores de Marco Antonio trataron en vano de
persuadir al triunviro para enviar de regreso a Egipto a Cleopatra.
Poco después Antonio trasladó su base a la isla de Samos, acompañado por Ticio.
En junio o julio del 32 a. C.
Munacio Planco y su sobrino Ticio desertaron a Octaviano. Los dos desertores
informaron a Octaviano sobre el contenido del testamento de Antonio y el lugar
donde se guardaba. Ellos tenían esta información debido a que habían firmado el
testamento como testigos. Octaviano más tarde se apoderó ilegalmente del documento
que custodiaban las vírgenes vestales, para dar a conocer las disposiciones de
Antonio, especialmente con respecto a la confirmación de los regalos
territoriales a los hijos de Cleopatra y su deseo de ser enterrado en Egipto,
con el fin de obtener el apoyo del senado y del pueblo para su guerra contra
éste.
En Roma, Ticio promovió juegos en
el teatro de Sexto Pompeyo. Pero el muerto todavía gozaba de gran popularidad
en la ciudad, por lo tanto su asesino fue abucheado y tuvo rápidamente que
dejar el teatro por miedo a la multitud.
De mayo a octubre del 31 a. C. fue
cónsul sufectus. En esta magistratura participó en las últimas batallas antes
de la decisiva batalla de Actium. Junto con Tito Estatilio Tauro derrotó
a la caballería de Marco Antonio. En esta oportunidad Deiotaro Filadelfo,
rey de Paflagonia, se pasó al bando de Octaviano.17 Alrededor de 13 a. C./12
a. C. Ticio se convirtió en gobernador de Siria, como sucesor del gran amigo y
almirante de Octaviano, Marco Vipsanio Agripa. El rey judío Herodes
el Grande fue capaz de resolver la disputa entre Ticio y el rey Arquelao
de Capadocia, cuando acompañó a Arquelao a Antioquía y allí conoció a
Ticio. Ticio recibió como rehenes cuatro hijos, cuatro nietos y dos nueras del
rey parto Fraates IV. Se desconoce la fecha de su fallecimiento.
Ticio se casó con Fabia Paulina,
la hija de Quinto Fabio Máximo, el cónsul suffectus del 45 a. C. Ellos
no tuvieron descendientes conocidos.
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