Anastasio I (latín: Flavius Anastasius; c. 430-9 de julio de 518)
fue emperador de Bizancio desde el 11 de abril de 491 hasta su muerte.
Nació en Dirraquio, no más
tarde del año 430. A la muerte de Zenón, Anastasio, por entonces un
oficial palatino (silentiarius), fue elegido sucesor por la viuda del emperador
fallecido, Ariadna, con la que contrajo matrimonio poco más de un mes después
de ser coronado emperador. El matrimonio no tuvo descendencia. Cuando subió al
trono, Anastasio contaba ya más de sesenta años.
Se le adjudicó el sobrenombre
de Dicorus («dos pupilas»), ya que tenía los ojos de dos colores diferentes,
negro y azul.
Se vio envuelto en dos grandes
guerras: la guerra isáurica y la guerra persa. La primera se desarrolló entre
492 y 496 y se originó por la revuelta de los seguidores del hermano de Zenón,
Longino, cuando este fue desterrado por el emperador a la Tebaida, en
Egipto. Aunque el ejército principal de Longino fue derrotado en la batalla de
Cotyaeum, en Frigia, la resistencia de sus seguidores pervivió en las montañas
isaurias hasta 496 o 498. La guerra contra Persia tuvo lugar entre 502 y 505, y
en ella las ciudades de Teodosiópolis y Amida fueron tomadas por el enemigo;
sin embargo, también los persas sufrieron pérdidas severas, y los romanos
recuperaron Amida. En 506, ambos contendientes, exhaustos por el esfuerzo
bélico, firmaron la paz, respetando el statu quo. Poco después Anastasio ordenó
la construcción de la fortaleza de Daras, para poder vigilar Nísibis.
Durante su reinado, las
provincias de los Balcanes fueron devastadas por las invasiones de los eslavos
y los búlgaros. Para proteger Constantinopla y sus cercanías construyó, en 512,
la Muralla de Anastasio, que se extendía desde la Propóntide hasta el mar
Negro, y renovó las fortificaciones del Danubio.
Reconoció a Teodorico
como rey de Italia en 497, y en 508 le confirió a Clodoveo los títulos
honoríficos de patricius y cónsul, legitimando su dominio en territorio galo.
Esto último disgustó a Teodorico, enfrentado en aquel entonces con el rey
franco. Pero para Anastasio era más preferible tener de aliado a un católico
como Clodoveo, antes que a un arriano como Teodorico.
Anastasio fue un monofisita
convencido, pero su política religiosa fue moderada. Se esforzó por mantener el
principio del Henotikon de Zenón y la paz de la iglesia, para lo cual firmó, a
instancias del patriarca Eufemio, una declaración escrita de ortodoxia.
En 512, sin embargo, a causa de la presión del pueblo —sobre todo del partido
de los Verdes—, se vio arrastrado a adoptar la posición monofisita. Aunque esto
le granjeó el apoyo de la población de Constantinopla, en la parte europea del
Imperio produjo bastante descontento, que fue aprovechado por Vitaliano,
magister militum per Thracias, para organizar una rebelión, en la cual contó con
el auxilio de una horda de hunos. La revuelta, que se prolongó durante los años
514 y 515, fue sofocada por una victoria naval del general Marino.
Acerca de la elección de su
sucesor, la leyenda según el Anónimo Valesiano, dice que invitó a comer
a sus tres sobrinos, y les hizo preparar tres lechos para descansar después del
convite. Bajo la almohada de uno de ellos había colocado un pergamino con la
palabra latina REGNUM ("reino"); había decidido que el que lo
encontrase fuese su sucesor al frente del Imperio. Sin embargo, dos de los
sobrinos, cuyo afecto mutuo parece haber ido algo más allá de los lazos
familiares, compartieron una cama, y el que ocultaba el pergamino quedó
intacto. Tras este fracaso, Anastasio determinó que heredaría el Imperio el primero
que entrara en su habitación al día siguiente. La suerte le fue propicia a Justino,
comandante de su guardia. Es poco probable que esta
historia sea cierta. Lo más verosímil es que no fuese Anastasio quien eligiese
a Justino como sucesor, sino que este se alzase con el poder una vez fallecido
el emperador.
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