Aunque
eran titularidad del Estado, las concesiones las tenían las cofradías romanas,
que las explotaban como si fuera un negocio de propiedad privada.
Los usuarios tenían que pagar una pequeña tasa a modo de impuesto a la cofradía, tanto por el uso de las letrinas, como por las esponjas o los palos para limpiarse después de defecar.
Los usuarios tenían que pagar una pequeña tasa a modo de impuesto a la cofradía, tanto por el uso de las letrinas, como por las esponjas o los palos para limpiarse después de defecar.
Tenían incluso servicio de esclavas, que
además de mantener limpias las letrinas públicas, además se dedicaban la
recogida de orinales llenos de mierda y de meadas, para vaciarlos, limpiarlos y
devolverlos a las diversas viviendas que pagaban el impuesto a la cofradía.
A
quienes no cumplían con los pagos de las tasas exigidas por la cofradía, cuando
se les pillaba, se les ponía en la boca de la letrina abajo y sumergidos en el
agua, hasta que casi se ahogaban y se comprometían a pagar.
Y a los capitanes de las diversas cofradías tenían autoridad que emanaba del cónsul.
Y a los capitanes de las diversas cofradías tenían autoridad que emanaba del cónsul.
Naturalmente
también habían letrinas públicas para mujeres, donde pudieran tener más
intimidad.
por favor, podríais poner la autoría de los dibujos? para citar sobre todo. Gracias
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