La riqueza y el grado de habitabilidad de las casas de vivienda,
muy somera en un primer momento, fue creciendo a partir del s. I a.C. hasta
alcanzar su nivel más alto en el siglo II. En los ejemplos más evolucionados
que se conservan en ciudades como Ostia, podemos apreciar incluso la presencia
de instalaciones sanitarias y conducciones de agua resueltas con tuberías de
plomo, abastecidas por depósitos instalados en la cubierta de los edificios que
eran llenados a cubos por industriales especializados.
Las viviendas en general, eran el reflejo del rango y riqueza que
evidenciaban sus habitantes y, como la gama de la sociedad romana era tan
variada, también lo fueron sus viviendas. Esto se puede apreciar claramente en
los restos arqueológicos presentes en las ciudades de Ostia, Pompeya y Roma.
Entre las viviendas más
sencillas y miserables, se encontraban los alojamientos provisionales que se
alquilaban en los pisos altos de muchas tiendas y comercios o las casuchas que
se pueden observar en la Vía della Foce de Ostia. Otros alojamientos menos
degradantes, pero todavía reducidos y de clase baja, se podían encontrar
generalmente en las casas de vecindad de muchas plantas, de las cuales también
quedan muchos restos en Ostia.
El proceso de creación del repertorio de viviendas de una mayor
calidad fue gradual. En la capital Roma, se mantuvo una cierta tradición de
austeridad en el diseño de sus edificios, que contrastaba con la ostentosidad
de las viviendas helenísticas de la Magna Grecia; Cesar Augusto, por ejemplo,
citan las crónicas que vivía en una buena casa, pero no en un palacio,
refiriéndose posiblemente con este concepto a un edificio de adobe.
El primer emperador que dispuso de un verdadero palacio fue Nerón,
aunque lo que sí hubo, a partir del s. II a. C. fueron, curiosamente, lujosas
casas de campo que servían como segunda residencia. De todas ellas, destacan
espacialmente los ejemplos que se conservan en la Campania.
Los romanos de mayor poder adquisitivo se alojaban en viviendas
aisladas o entre medianeras, conocidas como Casa o Domus. Esta tipología
presenta una mayor variedad de tamaños y riqueza que los edificios de apartamentos
detallados anteriormente, si bien, la forma mas característica mostraba una
disposición bastante rígida.
Como la mayoría de las
casas de ciudades mediterráneas, estaba volcada hacia el interior, con pocas
ventanas exteriores, por privacidad y seguridad, y generalmente el acceso se
reducía a una pequeña puerta colocada entre tiendas en la fachada a la calle.
La disposición interior estaba formada por una rígida secuencia de
habitaciones diseñadas con simetría axial, al igual que toda su arquitectura.
El portal se abría a una pequeña habitación de entrada o vestibulum, que
conducía al atrium, el espacio principal de la casa.
El atrium era una zona parecida a un patio, abierta en el centro,
con un pequeño aljibe rehundido en el pavimento, el impluvium, en el que se
recogía el agua de la lluvia. Alrededor del atrium, e iluminados por él,
estaban los alojamientos, con un tablinium completando el axis central, a modo
de recibidor, y flanqueado por la zona del comedor y otros servicios.
Inicialmente, las viviendas eran bastante oscuras, pero hacia el
siglo II a.C., se comenzaron a decorar los muros con frescos que contenían
vistas de panorámicas arquitectónicas y naturales de gran fantasía y color.
También se produjo una modificación de la especialidad interior en esta época
con el añadido de un patio rodeado por una columnata, de influencia helenística,
y un jardín en la parte trasera del atrium. Esto añadía naturaleza y luz a la
vivienda, generando vistas diáfanas y llenas de color en el eje principal
MUESTRARIO DE ILUSTRACIONES DE DOMUS ROMANAS:
LA CASA ROMANA:
No hay comentarios:
Publicar un comentario