sábado, 19 de septiembre de 2020

TRAS LA VICTORIA DE FARSALIA CÉSAR ENTRA EN LO QUE QUEDABA DEL LUJOSO CAMPAMENTO POMPEYANO


Permanecimos en el campamento de Pompeyo el tiempo suficiente para satisfacer el hambre y la sed; y allí había abundantes elementos para hacerlo. Todo lo que vimos indicaba que el enemigo estaba completamente seguro de la victoria y que había vivido mucho tiempo en un estado de lujo que era altamente inconveniente para un ejército que se hallaba a punto de librar batalla con mis legiones de veteranos. Las tiendas de Léntulo y de otros nobles parecían más casas de verano que resguardos de soldados. Estaban amparadas de los rayos del sol por hiedras, y en el suelo tenían césped cuidadosamente cortado. Se habían tendido mesas y se veía mucha platería. El vino ya estaba preparado para servirse frío, y los cocineros casi habían terminado sus preparativos para lo que debía ser un banquete que celebrara la victoria. Estos, reflexioné, eran los hombres que tenían la costumbre de acusarnos a mí y a mis soldados de afeminamiento.








 

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