Reflexiona repetidamente sobre la rapidez de tránsito
y alejamiento de los seres existentes y de los acontecimientos. Porque la
sustancia es como un río en incesante fluir, las actividades están cambiando de
continuo y las causas sufren innumerables alteraciones. Casi nada persiste y
muy cerca está este abismo infinito del pasado y del futuro, en el que todo se
desvanece. ¿Cómo, pues, no va a estar loco el que en estas circunstancias se
enorgullece, se desespera o se queja porque sufrió alguna molestia cierto
tiempo e incluso largo tiempo?.
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