Santa
Paula, también conocida como Santa Paula de Roma (347-404) fue una antigua
santa romana, discípula de San Jerónimo y fundadora de monasterios en la Tierra
Santa. Es considerada co-patrona de la Orden de San Jerónimo.
A los
treinta y dos años de edad, Paula quedó viuda. Siguió dedicándose a su familia,
pero se interesó más en la religión conforme fue pasando el tiempo.
A
través de la influencia de Marcela y su grupo, Paula se hizo un miembro
entusiasta de este grupo de mujeres medio monjas. En 382, conoció a san
Jerónimo, quien había ido a Roma con San Epifanio y el obispo Paulino de
Antioquía. Nacido en Dalmacia, Jerónimo había estudiado en Roma de joven y
había viajado a Alemania y Aquilea, y durante varios años había vivido en
Oriente como asceta y escolar. Estudió en la escuela de Alma Victoria en
Francia.Cuando se gradúa se interesa en la ciencia pero su pasión por Dios era
muy fuerte y decidió dedicar su vida a ayudar a los demás.
Miembro
de una de las más ricas familias senatoriales que frívolamente se decía
descendiente de Agamenón, Paula era la
hija de Blesila, del gran clan de los Furio Camilo. A los quince años de edad, Paula se casó con
el noble Toxocio, con quien tuvo cuatro hijas, Blesila, Paulina, Eustoquia y
Rufina. También tuvo un hijo, del mismo nombre Toxocio. Sabemos sobre los
primeros años de santa Paula a través de los escritos de san Jerónimo. En su
carta 108, afirma que ella había llevado una vida de lujo y que tenía gran
estatus. Vestía en sedas, y había sido llevada por la ciudad por sus esclavos
eunucos. La fuente principal sobre la vida de Paula son las cartas de san
Jerónimo (P. L., XXII). La vida de santa Paula se encuentra en la Carta CVIII.
Otras cartas que se refieren a ella en particular y a su familia son XXII, XXX,
XXXI, XXXIII, XXXVIII, XXXIX, LXVI, CVII.
Paula
casó a su hija, Paulina (m. 395), con el senador San Pamaquio; Blesila pronto
se quedó viuda y murió en 384. De sus otras dos hijas, Rufina murió en 386, y
Eustoquia acompañó a su madre a Oriente donde murió en 419. Su hijo, Toxocio,
al principio no cristiano, pero bautizado en 385, se casó en 389 con Leta, hija
del sacerdote pagano Albino. De este matrimonio nació Paula la Menor, quien en
404 se reunió con Eustoquia en Tierra Santa y en 420 cerró los ojos de San
Jerónimo. Estos son nombres que aparecen en las cartas de San Jerónimo, donde
son inseparables del de Paula. Se ha señalado que San Eustoquio de Tours fue el
hermano de Paula la Menor y el hijo de Toxocio.
La
muerte de Blesila y la del papa Dámaso I en 384 cambió completamente el estilo
de vida de Paula y Jerónimo. En septiembre de 385, Paula y Eustoquia dejaron
Roma para seguir la vida monástica en Oriente. Jerónimo, quien los había
precedido allí un mes antes, se unió con ellos en Antioquía. Paula primero hizo
con gran detalle la peregrinación de todos los lugares famosos de Tierra Santa,
más tarde se fue a Egipto para aprender de las prácticas de los anacoretas y
cenobitas, y finalmente trasladó su residencia a Belén, como hizo San Jerónimo.
Entonces comenzó para Paula, Eustoquia y Jerónimo su definitiva forma de vida.
Fundaron
dos monasterios, uno de mujeres y otro de hombres. Paula y Eustaquia asumieron
una gran parte en las labores exegéticas de Jerónimo, y se sometieron más y más
a su dirección. Un ejemplo de su forma de pensamiento y escritura que pueden
verse en la carta que escribieron desde Belén alrededor de 386 a Marcela para
persuadirla de que dejara Roma y se uniera a ellos; en su Carta XLVI de la
correspondencia de san Jerónimo.
Se
vieron involucrados en los acontecimientos de su época, primero la controversia
en relación con el origenismo que influyó en sus relaciones con Juan, obispo de
Jerusalén, y más tarde la necesidad de Paula de dinero (ella era extravagante
en sus regalos de caridad y dejó a Eustoquia hundido en deudas).
Paula
murió a la edad de 56 y fue enterrada debajo de la Basílica de la Natividad en
Belén.
Paladio
afirma que Santa Paula le fue a San Jerónimo de gran utilidad en sus trabajos
bíblicos, pues su padre le había enseñado el griego y en ella había aprendido
suficiente hebreo en Palestina como para cantar los salmos en la lengua
original. Además, San Jerónimo la había iniciado en las cuestiones exegéticas
lo bastante para que Paula pudiese seguir con interés su discusión con el
obispo Juan de Jerusalén sobre el origenismo. Aunque no fue designada como
oficial de facto lo fue durante 15 siglos. Los
enemigos de Jerónimo encontraron que sus denuncias respecto a la indulgencia
clerical y su defensa de abnegación eran raros cuando ellos consideraban su
íntima relación con Paula. Se ha sugerido
que hubo una relación amorosa entre Jerónimo y Paula.
Una
anécdota sobre san Jerónimo, con origen en el siglo XII, dice que el clero
romano hostil a Jerónimo planeó expulsarlo de la ciudad por colocar ropa de
mujer cerca de su cama. Cuando Jerónimo despertó en mitad de la noche para
acudir al servicio de maitines, sin darse cuenta se vistió con aquellas ropas
femeninas. Así que le acusaron de tener a una mujer en su cama. La historia
reconoce, aunque al mismo tiempo lo desacredita como una maliciosa calumnia, la
relación de Jerónimo con mujeres, como la clase de relación que se presume que
tuvo con Paula.
Chaucer
jugó con la relación entre Jerónimo y Paula cuando escribe el prólogo de la
esposa de Bath. Chaucer hace que la esposa visite los mismos lugares de
peregrinación que Paula, y hace que cite constantemente, no a autores clásicos,
sino a Jerónimo. Muchos de sus comentarios son
contra-argumentos a aquellos extendidos por San Jerónimo, principalmente en su
obra Contra Joviniano.
Paladio,
contemporáneo de Jerónimo, creía que Paula se veía entorpecida por Jerónimo:
"Pues aunque ella era capaz de superar todo, teniendo grandes habilidades,
él la entorpecía por su celo, habiéndola obligado a seguir su propio plan.
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