Tengo miedo. ¡Mucho miedo!.
Nunca lo imaginé. Es inevitable y nada puede hacerse; pronto habrá acabado todo
y ya no oiré, sentiré ni pensaré. Habré acabado. No seré nada. Eso no da dolor.
Es el sueño eterno. Yo, Lucio Cornelio Sila, que fui rey de Roma sin corona
pero ceñí la de Nola, dejaré de ser y sólo quedaré en el recuerdo. Porque sólo
eso es la inmortalidad: ser recordado en el mundo de los vivos. Casi había
concluido mis memorias; sólo me quedaba una parte por escribir. Una obra para
que me juzguen los futuros historiadores, y más que suficiente para borrar la
sombra de Cayo Mario. Él no pudo escribir sus memorias. Yo si. Y seré el
vencedor. ¡He vencido!. Y de todas mis victorias la victoria sobre Cayo Mario
es la más preciada.
Pasión por los romanos. Un blog de divulgación creado por Xavier Valderas que es un largo paseo por el vasto Imperio Romano y la Antigüedad, en especial el mundo greco-romano.
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