Cayo
Lucilio (Sessa Aurunca, Caserta, 148 o 147 a. C. a. C. - Nápoles 102 o 101 a.
C.), escritor romano, considerado el creador de la sátira como género
literario.
De
orígenes nobles (pertenecía al orden ecuestre), fue uno de los primeros romanos
en ir a Grecia para hacerse una cultura filosófica, y seguramente fue el primer
hombre de letras de buena familia en llevar una vida de escritor,
voluntariamente apartada de la vida pública. Su vida sin embargo estuvo marcada
por el encuentro con los Escipiones; fue compañero de Escipión Emiliano en
Hispania, en el año 133 a. C., con ocasión de la guerra contra Numancia. Poco
después, aún jovencísimo, creó el género de la sátira romana. Ya maduro, el
círculo de los Escipiones le protegió. Tomó partido contra las reformas de los
Gracos. Prácticamente nada se sabe después de esto.
Lucilio
escribió 30 libros de Saturae (sátiras), género literario del que según Horacio
fue el inventor. De ellos han subsistido solamente 1300 fragmentos, más o menos
extensos. Lo recogido basta para saber que fueron ordenadas por criterios
métricos. Los libros XXVI-XXX contenían septenarios trocaicos y senarios
yámbicos y, hacia el fin, hexámetros dactílicos; los libros I-XXI estaban en
hexámetros, quizá su última y definitiva forma; en los libros XXII a XXV
prevalece el verso elegíaco y han sido añadidos al corpus póstumo.
Las
sátiras de Lucilio se articulan en torno a tres temas principales:
El
autobiográfico (por ejemplo, un viaje a Sicilia donde describe mil menudos
incidentes), un banquete en casa del bandido Granio, o el amor por una dama
llamada Collyra.
La
polémica política (contra el senador Lupo, considerado el principal responsable
de la corrupción de Roma, o contra Tito Albucio y su manía helenizante) y
literaria (contra los que cultivan una literatura separada de la realidad,
parodiando pasajes de Ennio o de Nevio), o que analizan problemas de gramática
y retórica. En estas piezas no desdeña la sátira personal.
La
condena de los vicios humanos (en particular las costumbres degeneradas de la
nobleza romana helenizada, contraponiendo el propio ideal estoico de virtud),
aunque también puede considerarse otro tipo de polémica, moral y filosófica.
Pese
a su condena de algunas costumbres griegas, estaba abierto a su modo a la
influencia helénica, en particular a los comediógrafos griegos y a la filosofía
estoica neoacadémica. Su ideal era la virtus del Círculo de Escipión.
Estilísticamente utiliza los más variados registros lingüísticos y llega hasta
el dialectalismo sin desdeñar la oscuridad. Escribe en el lenguaje normal de la
calle (sermo cotidianus), alejándose de la típica selección de vocablos
poéticos y marcando de esta forma distancias con la poesía épica. Hay términos
groseros e incluso obscenos y Lucilio los utiliza con normalidad, si bien su
estilo es descuidado y abandonado a la inspiración fácil, aspectos por los que
Horacio le criticó.
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