martes, 14 de julio de 2015

GRADUACIONES EN LA LEGIÓN DE ABAJO HACIA ARRIBA

 
El termino es en este caso un tanto engañoso, porque el ejercito romano no les ofrece a los legionarios una carrera en el sentido estricto. La mayor parte de los alistados abandona las filas del ejercito con el mismo rango con el que entraron 25 anos antes. Es posible alcanzar el rango de centurión desde la posición de soldado raso si se observa una conducta intachable, pero lo mas frecuente es que estas posiciones se obtengan con dinero o influencias antes incluso de alistarse. Las graduaciones mas altas -el legado legionario y el tribuno militar con el que aquel comparte tienda- son políticos que cumplen con una carrera militar antes de acometer tareas mas importantes.

 

Pero eso no quiere decir que todos los legionarios sean iguales. Algunos son mas iguales que otros, y un soldado ambicioso se apresurara a poner distancia entre si mismo y el resto del rebaño.

 

MUNIFEX.-  El recluta recién llegado ostentara el rango de munifex. Un munifex es un soldado sin graduación ni privilegio alguno. Ni siquiera es el peldaño mas bajo de la escala militar; es el barro en el que se apoya la escala. Si eres un munifex, lo mas probable es que los burros que cargan con las tiendas de campana sean tus superiores.

 

IMMUNIS.- El primer objetivo tras firmar y completar la instrucción es convertirse en immunis. Los legionarios se dividen en dos tipos, aquellos que tienen responsabilidades especiales -los immunes- y los que no. Los no especialistas son los encargados de ir a por leña y de acarrear agua; las tareas mas desagradables, como limpiar las letrinas o hacer los trabajos mas duros, siempre recaen sobre ellos. Los que estén eximidos de estas funciones tendrán un trabajo concreto que hacer, como ayudar al herrero o llevar las cuentas de la legión. Un immunis sigue siendo un miles gregarius, un soldado raso, pero su vida es en general mas cómoda, como prueba el hecho de que su rango puede serle retirado por mala conducta.

 

Si el legionario aspira a convertirse en immunis- y debería ser así- es conveniente adquirir habilidades concretas, como la fontanería, la fabricación de armas o la carpintería. Saber leer y escribir es una ventaja inestimable, porque las legiones siempre necesitan secretarios para mantener la correspondencia y manejar los archivos. Cualquiera que sepa leer y escribir debería comunicárselo inmediatamente al cornicularis, el corneta, que por lo general tambien se encarga de coordinar a los secretarios de la legión. Una de las mayores ventajas de trabajar en las oficinas es que casi siempre se hace a cubierto. Es cierto que esto se hace para proteger los papeles, no al legionario, pero el secretario se beneficia de ello de igual modo. Un soldado especialmente hábil con los números puede convertirse en signifer, portaestandarte de la legión (no el aguila, esta es responsabilidad del aquilifer, cuyo rango es superior). El signifer porta la llamada "mano abierta", emblema que recuerda a los soldados su juramento, estando también al cargo del fondo de pensiones de los legionarios. El hecho de que las pensiones se confíen a un hombre que funciona como un imán para las lanzas enemigas resulta menos desconcertante si tenemos en cuenta la desesperación con la que los legionarios defienden sus estandartes, entre otras cosas porque esto supone proteger al único que conoce el estado real de sus pensiones.

 

PRINCIPALIS.- Aquellos cuya única habilidad sea la de ser buenos soldados deben aspirar a alcanzar la posición de principalis. Ser principalis es aun mejor que ser immunis, y por tanto son menos los legionarios que lo consiguen. Un tesserarius es un ejemplo de principalis. Como indica su nombre, es uno de los encargados de repartir las guardias (la contraseña del dia normalmente se escribe sobre un trozo de cerámica o tessera). El optio, cuyo trabajo es hacerse cargo de las funciones del centurión porque éste esté ocupado con otras tareas o porque tenga una lanza clavada en el pecho, tambien se encuentra entre los principales. Los optiones tienen su propio gremio (schola), y junto con los otros principales forman un grupo muy compacto. Los principales tienen mas opciones que nadie de convertirse en centuriones, con los que en cualquier caso trabajan de forma muy estrecha. Una vez que el legionario meta sus caliga en este selecto club, tiene la casi completa seguridad de que el resto de sus años de servicio transcurrirán de forma apacible.


 

CENTURIONES Y OTROS OFICIALES


Los legionarios tienen poco contacto con los grandes jefazos de la legión. Una buena regla a seguir consiste en evitar a cualquiera que lleve una cresta puesta de forma transversal sobre el casco o una bonita cinta bajo el pectoral de la coraza. Las cintas identifican a los oficiales, y de ellos no puede decirse nada bueno, aparte de que pelean igual que los demás y que mueren al mismo ritmo que los demás. De hecho, se supone que los centuriones deben inspirar al resto con su valor, y puesto que sus distintivas crestas los convierten en objetivos especialmente visibles, el enemigo suele matarlos a puñados, hecho que no quita el sueno a demasiados legionarios...

 

LOS RANGOS NO LEGIONARIOS

CENTURIÓN

Los centuriones están organizados según una jerarquía compleja e incestuosa, cuyo principal objeto parece ser decidir quien se queda con el mejor asiento en la taberna o quien se encarga de dirigir a una patrulla bajo la lluvia. Hay unos 60 centuriones por legión -cualquier soldado dirá que son demasiados- y los de la primera cohorte se consideran superiores a los del resto, aunque los que ocupan la primera fila [pilusprior) también se consideran superiores a los que ocupan la ultima (pilusposterior).

 

Que un pilus hastatus prior (los nombres se refieren a la posición mantenida durante la batalla) de la tercera cohorte sea superior o no a un pilus principes prior de la quinta puede ser una cuestión de enorme importancia para los dos implicados, pero al resto de los integrantes de la legión les importa un pito. Para un legionario sin graduación,
todos los centuriones son dolor capitis (un dolor de cabeza) y solo se les tiene aprecio cuando están cumpliendo alguna misión por ahí, lo que ocurre frecuentemente. Los centuriones aúnan una combinación de iniciativa y rango que los convierte en la herramienta multiusos del ejercito romano, adecuada tanto para llevar a cabo misiones diplomáticas como para escoltar a prisioneros importantes o dirigir destacamentos en incursiones, misiones de reconocimiento o tareas de retaguardia.

 

PRIMUS PILUS.- El principal centurión de la legión. Este cargo se consigue demostrando virtudes militares en la batalla y habilidad en las intrigas políticas de retaguardia. Sus principales cualidades son el valor, la determinación, un gran talento organizativo y un carácter poco compasivo. Sera respetado y, casi con seguridad, temido, pero habrá pocos que lo aprecien.

 


TRIBUNOS MILITARES

Ignora comentarios del tipo "si alguna vez alguien saluda a un tribuno militar, será porque haya poca luz". Es cierto que en el pasado estos aprendices de generales solo se alistaban en el ejercito para impulsar sus carreras políticas, y que era frecuente que se desmoronaran con solo enterarse de que el enemigo estaba cerca. No obstante, en el ejercito moderno la mayor parte de tribunos cuentan con experiencia de servicio en una unidad auxiliar y pueden dirigir una o dos cohortes en el campo de batalla con una profesionalidad tranquilizadora. Hay cinco tribunos por legión. Su nivel de eficacia varia, pero todos comparten una ambición y una determinación de hierro.

 

PRAEFECTUS CASTRORUM

Prefecto del campamento. El resto de oficiales sabrán o no como hacer su trabajo, pero con toda seguridad el praefectus sera profesional hasta la medula. Por lo general, es el centurión mas antiguo de la legión, y nadie conoce mejor que él su historia y su funcionamiento. Afortunadamente, su rango es superior al de los tribunos militares, y hará falta un tribunus laliclavus con gran confianza en si mismo para no seguir su consejo. El praefectus es el único que puede llevarse al primus pilus a un aparte y darle un par de consejos o pegarle una bronca si hace falta (los mas probable es que antes de ser ascendido haya ejercido el mismo el cargo de primus).

 

TRIBUNUS LATICLAVUS

En caso de ocurrirle algo malo al legado (por ejemplo, que reciba la orden de volver a Roma para ser ejecutado como posible traidor) el tribunus laticlavus tomara el mando. El termino "laticlavus" se debe a que sus togas están adornadas con una ancha banda, porque teóricamente este oficial, al igual que su comandante, debe pertenecer a la clase senatorial. No obstante, en la actualidad estan empezando a ponerse no senadores al frente de algunas legiones, lo que puede ser interpretado como un signo de decadencia en la vida publica o de una creciente profesionalización del ejercito, dependiendo del punto de vista. Es de esperar que sea un novato y que este todo el tiempo preguntándole al praefectus castrorum que debe hacer.

 

LEGADO LEGIONARIO

El pez gordo. Si se trata de la única legión de la provincia, probablemente también ostentara el cargo de gobernador. Como media, el legado ocupa el cargo apenas durante tres o cuatro anos, porque a los emperadores no les agrada que los soldados le tomen demasiado aprecio a su general. Después de todo, cuando uno se encuentra al mando de una proporción significativa del poder militar de Roma, es posible que empiecen a ocurrírsele ideas propias.
  



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