El campamento en el que un ejercito en campana se
detenga a pasar la noche le resultara muy familiar a todo el mundo. No solo será
prácticamente idéntico al ocupado la noche anterior, sino también a la base permanente
de la legión. Contara con las mismas porta principia, que conducirán a los
mismos principia y praetoria, cuyas guardias estarán formadas por los mismos de
siempre, y que estarán ocupadas por los mismos de siempre.
Probablemente, las
tiendas conservaran la misma distribución que los edificios de la base y, con
seguridad, la misma que ocuparon la noche pasada. De esta forma, si Manlio, de
la centuria de Tito Quinto, usa la misma talla de caligae que tu, no hay
que andar preguntando cual es su tienda si quieres pedirle unas prestadas: esta
tres calles a la izquierda y después dos a la derecha, exactamente en el mismo
sitio que su barracón en la base, donde comprobasteis que tenéis la misma talla
de pie, y que la tienda donde estuvisteis tomando una copa de vino ayer por la
noche.
Por supuesto, para que los legionarios puedan
entregarse a las comodidades del campamento tendrán que construirlo primero. El
emplazamiento del nuevo campamento será seleccionado por estar en terreno
llano, tener acceso a fuentes de agua y contar con un suelo fácil de trabajar.
Las posibles facilidades defensivas ofrecidas por el terreno no serán
prioritarias, porque de cualquier forma el campamento será muy seguro una vez
que los legionarios hayan terminado de construirlo. De hecho, casi no existen
casos de campamentos que hayan sido arrasados durante la noche habiendo una legión
en su interior, aunque abundan los ejemplos de gente que lo ha intentado y que
ha fracasado.
Cuando la legión llegue al lugar donde va a pasar la
noche, el trabajo ya habrá comenzado. Cada hombre sabrá lo que tiene que hacer.
Unos irán a recoger a las mulas con las tiendas, otros se dirigirán al sector
aproximado del campo donde deben participar en la construcción de los
terraplenes y las empalizadas. Por lo general, la muralla se construye
amontonando tierra sobre la empalizada, aunque es posible que haya que
improvisar una muralla de piedra o que haya que reforzar el terraplén con
troncos si la tierra esta demasiado suelta. Construir un campamento lleva
aproximadamente tres horas, aunque individualmente cada legionario tardara
menos en ejecutar la tarea que le corresponde.
Muchos se quejan por todo el esfuerzo malgastado
construyendo estos campamentos, pero, en términos generales, el ejercito no
hace las cosas porque si, aunque a veces sus razones parezcan un tanto
extrañas, o como mínimo difíciles de entender:
1.- Dada la longitud de la columna en marcha, muchos
legionarios van a estar un buen rato esperando a que lleguen sus compañeros mas
rezagados, por lo que así al menos hacen algo de utilidad.
2.- Un
campamento legionario, que cada semana se interna 150 kilómetros en su territorio,
causa una honda impresión psicológica en el enemigo, entre otras cosas porque
los ingenieros romanos se habrán aplicado en enderezar y arreglar la carretera
que corre entre los distintos lugares de acampada, incluso cuando la invasión
no sea de ocupación: "Aquí estamos", dicen los campos "y no puedes
hacer nada para evitarlo". A esta frase, la carretera añade: "además,
aunque no estemos pensando en quedarnos, hemos hecho unas cuantas reformas para
poder llegar antes la próxima vez".
3.- También, por supuesto, esta el efecto que crea
entre los propios legionarios. El campamento es un hogar fuera del hogar.
Aunque el exterior sea un páramo agreste lleno de salvajes sanguinarios, la
taberna improvisada que tus compañeros regentan clandestinamente junto a los establos
de la Via Decumana sigue estando donde siempre, y aun es posible oír el sonido
de las armaduras de los guardias de la torre XII cuando se ponen firmes, avisándote
de que la ronda de inspección esta en camino. Las letrinas están ahora al aire libre,
pero tu sitio favorito, junto a la esquina, sigue estando ahí.
4.- Los terraplenes y las trincheras no solo sirven
para mantener al enemigo fuera. También mantienen a los legionarios dentro. Las
deserciones son un problema para todos los ejércitos, y la perspectiva de
participar una batalla y de que te metan un trozo de metal afilado por el
costado tiende a causar cierta inquietud entre las
mentes mas pusilánimes.
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