Apio Claudio Craso Irregilense Sabino a (c.
449 a. C.) fue un político romano del siglo V a. C. perteneciente a la gens
Claudia. Encabezó el colegio de decenviros que se encargó de la redacción de la
Ley de las Doce Tablas.
Fue candidato para el consulado en 482 a. C.,
pero, debido a la oposición de los tribunos, no tuvo éxito.1 En 471 a. C. fue
nombrado cónsul por los patricios con el fin de oponerse a la propuesta
Publiliana, la cual combatió con vehemencia, ganándose la enemistad de los
plebeyos. Posteriormente, cuando ejercía el mando en la guerra contra ecuos y
volscos, los soldados descontentos, desobedecieron sus órdenes, y, cuando el
enemigo atacó, tiraron las armas y huyeron. Debido a esto, fueron diezmados (decimatio).
Fue elegido cónsul en 451 a. C., y cuando
ocurrió el nombramiento del decenvirato en ese año, se convirtió en uno de
ellos, y obtuvo la presidencia. Su influencia en este colegio se convirtió en
primordial y se ganó la confianza de la gente, lo que le permitió ser reelegido
el año siguiente (450 a. C.). También se había ganado el favor de la plebe al
nombrar a dos decenviros plebeyos.
La ausencia de conflictos con sus vecinos, y
de revueltas internas, permitió a los decenviros dedicarse a la redacción de
leyes, que se organizaron en diez títulos, y fueron aprobadas por el voto
popular. Para completar estas diez primeras leyes, se decidió renovar la
comisión con la elección de nuevos decenviros. Apio Claudio se volvió a
presentar, en contra de la costumbre de no repetir una magistratura en dos
años consecutivos, y se hizo reelegir con una activa campaña de propaganda
dirigida al pueblo. Otras nueve personalidades fueron elegidas, formando el
Segundo colegio de decenviros. Tomaron posesión el 15 de mayo de 450 a. C., y
añadieron dos leyes nuevas, constituyendo así la Ley de las XII Tablas.
Sin embargo, su verdadero carácter le
traicionó, y aparecieron violentas y tiránicas conductas con respecto a los
plebeyos, hasta que su intento de violentar a Virginia, hija del
centurión Virginio, llevó a la caída del decenvirato. El Senado intervino,
destituyendo a los decenviros, y concediendo a la plebe una amnistía general.
Apio Claudio fue arrestado y murió en prisión.
Pero no vivió para ser sometido a juicio,
pues según Tito Livio, se suicidó. Dionisio de Halicarnaso dice,
que fue condenado a morir en la cárcel por orden de los tribunos de la plebe.
Apio Claudio fue miembro de los Claudios Crasos,
la más antigua familia patricia de la gens Claudia. Fue hijo del fundador de la
familia Apio Claudio Sabino y hermano de Cayo Claudio Sabino.
Tito Livio separa al cónsul del año 471 a. C.
del decenviro e indica que el primero fue el padre del segundo. Según su obra,
en el año 470 a. C., Apio Claudio se opuso violentamente a la aplicación de la
ley agraria de Espurio Casio, y debido a esto, fue llevado a juicio por
dos de los tribunos. Para evitar una posible condena, se suicidó antes del
juicio.
Sin embargo, en los Fasti Capitolini el
decenviro aparece como cónsul por segunda vez y sus filiaciones coinciden, por
lo que identifica implícitamente a ambos personajes.
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