“Habría preferido superar a otros en el
conocimiento de lo que es excelente, que en la medida de mi poder y dominio”.
Desde joven, Alejandro estudió bajo la tutela de Aristóteles, uno
de los filósofos más importantes de la historia. Aristóteles enseñó a Alejandro
no solo filosofía, sino también ciencias naturales, política, retórica y
literatura. Gracias a esta educación, Alejandro se convirtió en un hombre muy
culto y con una mente muy aguda.
Además, Alejandro tenía una gran pasión por el conocimiento y
siempre buscaba aprender más. Durante sus conquistas, se aseguraba de llevar
consigo a sabios y filósofos para que le enseñaran sobre la cultura y la
historia de los pueblos que iba conquistando. También fundó la famosa
Biblioteca de Alejandría, que se convirtió en uno de los centros de
conocimiento más importantes del mundo antiguo.
Pero, ¿cómo pudo Alejandro aprender tanto en tan poco tiempo?. Sin
duda, su educación con Aristóteles fue fundamental, pero también debemos tener
en cuenta su capacidad para absorber conocimientos y su insaciable curiosidad.
Además, Alejandro era un gran estratega y sabía cómo utilizar sus recursos para
conseguir lo que quería. Para él, el conocimiento era una herramienta más en su
búsqueda de la grandeza.
En ese enunciado Alejandro nos intenta decir que para él, el
conocimiento era más importante que el poder y la conquista. Él prefería destacar
en el conocimiento de lo que era excelente, no solo para saber más, sino
también para seguir aprendiendo y con ello creciendo, en lugar de simplemente
imponer su poder y dominio.
Aparte de mencionar a Aristóteles, tampoco hay que olvidar el
encuentro entre Alejandro Magno y Diógenes de Sinope, uno de los filósofos más
famosos de la antigua Grecia. Según cuenta la Historia, un día Alejandro se
acercó a Diógenes mientras éste se encontraba descansando al sol en un tonel y
le preguntó si necesitaba algo. Diógenes le respondió que lo único que
necesitaba era que se apartara de su sol.
Este encuentro sorprendió a muchos, ya que Alejandro era el hombre
más poderoso de su tiempo y Diógenes, por otro lado, era un filósofo que vivía
en la pobreza y que no tenía ningún interés en la fama o el poder.
Según se cuenta, Alejandro quedó impresionado por la actitud de
Diógenes y le dijo que si no fuera Alejandro, le gustaría ser Diógenes, porque
creía que así hubiera podido vivir una vida simple y auténtica, y en no dejarse
influir por el poder o la riqueza.
En definitiva, el encuentro entre Alejandro Magno y Diógenes de
Sinope nos muestra que el conocimiento y la sabiduría pueden ser más
importantes que el poder y la riqueza, y que siempre es importante seguir aprendiendo
y creciendo, incluso para aquellos que ya tienen todo el poder y la fama del
mundo, porque la educación y los conocimientos lo son todo en la vida.
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