De las matanzas de Cayo
Mario en su último consulado aprendí fuera de toda duda que no hay nada
bueno, nada que demande necesariamente nuestro afecto y respeto en la
naturaleza humana, que, una vez libre de sus restricciones, se convierte en horrible
espectáculo; que toda dignidad y junto con ella la posibilidad de afecto, viene
de las restricciones, ya sean impuestas por uno mismo o por el exterior; y que
de todas las pasiones de que es capaz el corazón del hombre, la más baja es la
venganza.
Pasión por los romanos. Un blog de divulgación creado por Xavier Valderas que es un largo paseo por el vasto Imperio Romano y la Antigüedad, en especial el mundo greco-romano.
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