Siempre me enorgullecí de ser
leal con mis amigos y clemente con mis enemigos. Creo que puedo afirmar que he
conseguido ser leal con mis amigos y que con mis enemigos me he mostrado más
clemente de lo que hubiera consentido estrictamente mi propia seguridad. Sé muy
bien que hay ahora en Roma mucha gente a la que he perdonado y que si tuviera
la oportunidad de hacerlo, pagaría mi perdón derrocándome. Pero es decoroso
correr tales riesgos. Prefiero ser César y no un hombre constantemente
amedrentado y en guardia contra sus sospechas. Sin embargo, aunque en mí
naturaleza todo me impulsa a la magnanimidad, las exigencias de la guerra y las
rebeliones me obligaron a obrar a veces tan cruelmente como Sila, si bien puedo
decir honestamente que mis represalias más salvajes casi siempre se tomaron
contra tribus y pueblos enteros antes que contra individuos.
Pasión por los romanos. Un blog de divulgación creado por Xavier Valderas que es un largo paseo por el vasto Imperio Romano y la Antigüedad, en especial el mundo greco-romano.
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