Comio (Commios, Commio o Comnio) fue un importante rey de la
nación belga de los atrebates que reinó primero en la Galia y finalmente en
Britania durante el siglo I a. C.
Cuando el general Cayo Julio
César conquistó a la parte de la nación atrebate que residía en la Galia
(57 a. C.), como relata en su obra, Comentarios a la guerra de las Galias,
nombró a Comio como rey de la tribu. Antes de que César realizara su segunda
invasión a Britania, envió a Comio para que intentara convencer a las tribus
britanas de que no se le opusieran. Sin embargo, cuando desembarcó en la isla
fue arrestado. Cuando los britanos fracasaron en su intento de impedir el desembarco
de César, Comio aceptó dirigir las negociaciones.
Comio fue capaz de reunir un pequeño contingente de caballería
entre su tribu que ayudó a César a derrotar el segundo ataque britano. De
nuevo derrotados, los britanos optaron por negociar su rendición y Comio aceptó
de nuevo llevar las negociaciones con el líder de la resistencia, Casivelono.
Comio permaneció fiel a César durante la rebelión gala del año 54 a. C., y como
recompensa el general le permitió seguir reinando sin interferencia de Roma,
estar exento de pagar impuestos y le otorgó además los territorios arrebatados
al pueblo de los mórinos.
Sin embargo, según escribe Aulo
Hircio en el último libro (Libro VIII) de De Bello Gallico, escrito tras la
muerte de César, la lealtad de Comio no duró hasta el final. Mientras César
pasaba el invierno del año 53 a. C. en la Galia Cisalpina, su legado Tito
Labieno descubrió que Comio había estado conspirando contra Roma con otras
tribus galas. Labieno envió al tribuno Cayo Voluseno y a algunos
centuriones para que se reunieran con Comio en una aparente inocente reunión.
Cuando Comio llegó, los romanos le atacaron y casi lo mataron, aunque logró
escapar con una grave herida en la cabeza y clamando que nunca volvería a
aliarse con los romanos.
En el año 52 a. C. los
atrebates se unieron a la revuelta de los galos dirigida por Vercingétorix.
Comio fue uno de los líderes que estuvieron junto al líder galo en el sitio de
Alesia. Tras la derrota de Vercingétorix, Comio huyó y se unió a la revuelta de
los belóvacos, consiguiendo para su causa el apoyo de 500 germanos. Sin
embargo, César venció de nuevo y Comio se vio obligado a buscar refugio entre
sus aliados germanos.
En el año 51 a. C. Comio
regresó a su patria con una pequeña banda de guerreros como escolta y se
preparó para iniciar una campaña de agitación entre los que aún tenían fuerzas
para resistirse a César. En invierno de ese año, llegó a la región Marco
Antonio, uno de los legados del ejército de César que ordenó a Voluseno
atacar a las fuerzas de Commio, algo con lo que Voluseno se mostró muy
complacido. En la batalla que siguió, Comio fue derrotado, pero hirió
gravemente a su viejo enemigo Voluseno. Comio logró escapar de nuevo y negoció
una paz a través de intermediarios. Ofreció rehenes y prometió que en lo que le
quedara de vida no volvería a oponerse a César, aunque pidió no tener que
volverse a encontrar jamás con un romano. Antonio aceptó su petición.
El escrito de Sexto Julio
Frontino, Strategemata, que data del siglo I cuenta como Comio huyó a
Britania acompañado de un grupo de seguidores mientras César le perseguía.
Cuando Comio trató de cruzar el canal de la Mancha se levantó una gran
tormenta. Sin embargo, Comio prefirió seguir avanzando a ser atrapado por César
que, cuando vio la determinación de su rival, optó por dar media vuelta y
regresar a la Galia.
Este relato sugiere que la
tregua que firmó Comio con Antonio no se mantuvo y se reanudaron las
hostilidades. Sin embargo John Creighton sugiere que Commio fue enviado
a Gran Bretaña en virtud de su tregua con Antonio. La anécdota de Frontino
puede tratarse de una fuga antes de la firma de la tregua o simplemente de un
rumor que Frontino oyó durante su gobierno de la provincia de Britania. (75 - 78).
Creighton sostiene que de hecho Comio fue designado por César como un rey
aliado en Britania, y que su reputación fue restaurada cuando culpó de traición
a Labieno (que desertó del bando de César durante la guerra civil contra Cneo
Pompeyo Magno).
El nombre de Comio aparece en
las monedas que se acuñaron en Britania durante el período posterior a las
invasiones de César. La numismática revela que Comio estaba emparentado con
garmanos y carsicios. Esto sugiere que Comio siguió ostentado poder en la Galia
durante su ausencia, gobernando seguramente a través de regentes. garmanos y
carsicios son probablemente hijos de Comio, que decidieron incluir el nombre de
su padre en las monedas emitidas durante su reinado.
Aproximadamente en el año 30 a.
C., Commio se había establecido como rey de los atrebates en Britania, según
revelan las monedas emitidas desde su capital de Calleva Atrebatum
(Silchester). Es probable que Comio y sus seguidores fundaran este reino,
aunque de hecho, cuando César fue incapaz de traer su caballería a Britania,
Comio reunió para él un destacamento de caballería de entre su gente, así que
es probable que ya hubiera atrebates en la isla por esa época. Existen monedas
que llevan su nombre hasta el aproximadamente el año 20 a. C., y basado en su
inscripción: "COM COMMIOS", que significaría "Comio hijo de
Comio", sugiere que Comio pudo reinar junto a su hijo hasta su muerte.
Tres reyes posteriores, Tincomaro,
Epilo y Verica, incluyen también en sus monedas su condición de
descendientes de Comio. A partir del año 25 a. C., aparentemente Comio gobernó
junto a Tincomaro. Tras su muerte, Tincomaro aparece como monarca de la región
del norte desde Calleva, mientras Epilo gobierna la parte sur desde Noviomagus
(Chichester). A la muerte de Tincomaro, aproximadamente en el año 7, Epilo se
convirtió en gobernante único, y a su muerte le sucedió Verica . El reinado de
Verica terminó poco antes de la invasión de Claudio del año 43, que lo
utilizó como pretexto para atacar la isla.
Comio es uno de los personajes
que aparecen en la película francesa de 2001, Vercingétorix.
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