Proculus o Próculo (f. c. 281)
fue un usurpador romano, uno de los «pretendientes menores» según la falsa biografía
de la Historia Augusta; tomó la púrpura en contra del emperador Probo en
280.
Probablemente Próculo tenía
conexión familiar con los francos, a los que regresó en vano cuando su puja por
el poder imperial fracasó. Era nacido en Albingaunum (moderna Albenga en
Liguria). Aunque se nos cuenta que fue un noble, sus ancestros habían sido brigandos
y eran forajidos y la fuente de su robusta salud. Próculo fue capaz de armar a
2000 esclavos de su propio latifundio tras hacerse con el poder imperial en el
Oeste.
Estaba casado con una mujer
llamada Vituriga, a la que se le dio el apodo de "Samso" por
sus capacidades (consideradas "inhumanas" por el autor del siglo III
que escribió la Historia Augusta), y en la época de su usurpación tenían un
hijo, Hereniano, de cuatro años.
Próculo era un soldado
ambicioso, que había comandado más de una legión como tribuno; cuando en 280
fue instado por el pueblo de Lugdunum (Lyon), que había comenzado una
insurrección contra el emperador Probo, a tomar la púrpura, la aceptó,
proclamándose coemperador junto con Bonoso. «Él fue, no obstante,
beneficioso para los Galos, ya que aplastó a los alamanes y no sin gloria
ilustre, aunque nunca se encontró a salvo de su tendencia al bandolerismo»
(Historia Augusta).
A su vuelta de luchar contra
los Sasánidas en Siria, Probo forzó a Próculo a retirarse hacia el norte. Tras
fracasar al buscar apoyo entre los francos, fue traicionado por ellos y
entregado al emperador. Probo mandó matar a Próculo (ca. 281), pero dejó a su
familia: "con su acostumbrada moderación, respetó los bienes y vida de las
familias inocentes," quienes permanecieron en Albingaunum, declarando
estos, según la Historia Augusta, que no querían ser ni príncipes ni bandidos.
Existe una carta de Próculo que
fue citada por Gibbon y que es probablemente falsa, pero cuando menos
interesante:
Proculus Maeciano adfini
salutum dicit. centum ex Sarmatia virgines cep, ex his una nocte decem inivi;
omnes tamen, quod in me erat, mulieres intra dies quindecim reddidi.
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