Ahora se necesita coraje.
Utilizad el terrible caestus en una pelea encarnizada, después de las espadas,
esta es la mejor forma de demostrar vuestra bravura. Capaneus se puso las
correas oxidadas, cubiertas con trozos de plomo, y él era tan duro como el
plomo. Su oponente salió, un joven de cabellos rizados llamado Alcidamas.
Capaneus le echó un vistazo, se rió y gritó: «¿No tenéis algo mejor que esto?».
Elevaron sus brazos, que sonaron terriblemente, como truenos, mirándose a los
ojos. Capaneus es un gigante, pero que está envejeciendo, Alcidamas es sólo un
jovencillo, pero más fuerte de lo que aparenta. Ellos se tantean,
presintiéndose, tocándose sólo los guantes. Entonces, Capaneus se adelanta y da
un puñetazo, pero Alcidamas le esquiva y Capaneus sólo cansa sus brazos y
pierde sus oportunidades. El joven, un luchador hábil, esquiva, se agacha, se
inclina hacia atrás y agacha la cabeza para evitar los golpes. Evita los golpes
con los guantes y avanza con los pies manteniendo siempre la cabeza lo más
atrás posible. Capaneus es más fuerte y tiene una derecha peligrosa, pero
Alcidamas, finta a la derecha e izquierda, le distrae y entonces teniendo su
mano derecha sobre el otro, la baja de golpe con fuerza. Le acierta en la frente.
Corre la sangre. Capaneus no se da cuenta de la gravedad de la herida pero oye gritar
a la multitud y se queda parado para limpiarse el sudor de la cara con el reverso
de su guante. Ve la sangre. Ahora sí que se enfurece y va a por el chico. Sus
golpes van al aire, muchos de ellos sólo golpean los guantes del oponente y el
chico se queda lejos de él, yendo hacia atrás pero pegando cuando le es
posible. Capaneus le persigue alrededor de la arena hasta que los dos están
demasiado cansados y permanecen cara a cara jadeando. Entonces Capaneus lanza
un embate furioso. Alcidamas le esquiva y le golpea en el hombro. ¡Capaneus se
desploma!. Cae sobre su cabeza y trata de levantarse pero el chico le vuelve a derribar.
De repente, Capaneus se levanta de un salto y va hacia el joven, sacudiendo los
puños. El chico cae y Capaneus se agacha sobre él martilleándole la cabeza. El
público grita, ‘¡Salva al pobre chico!’. Pero su cráneo está ya partido y Capaneus
quiere saltarle los sesos. Los asistentes corren a apartar a Capaneus de su
víctima. "¡Ya has ganado!", le dicen. Capaneus brama, "¡Dejadme
ir! ¡Le voy a destrozar la cara!. ¡Voy a estropearle ese bonito aspecto que le
hace tan condenadamente popular entre la gente!". Los asistentes tuvieron
que arrastrarle fuera de la arena.
Pasión por los romanos. Un blog de divulgación creado por Xavier Valderas que es un largo paseo por el vasto Imperio Romano y la Antigüedad, en especial el mundo greco-romano.
domingo, 22 de marzo de 2020
PUBLIO PAPINIO ESTACIO DESCRIBE UN COMBATE DE GLADIADORES
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