Los ludi (palabra latina plural, en singular, ludus)
eran juegos públicos celebrados en beneficio y para el entretenimiento del
pueblo romano (populus Romanus). Los ludi se llevaban a cabo como parte de
determinadas fiestas religiosas en la Antigua Roma, siendo en ocasiones su
principal característica. También se presentaban como parte del culto estatal.
Los ludi más antiguos conocidos son los de carreras
de carros en el circo (ludi circenses). Las exhibiciones de animales exóticos y
salvajes con simulacros de caza (venationes) y las representaciones teatrales
(ludi scaenici) también pasaron a formar parte de las fiestas religiosas.
Los días en los que tenían lugar los ludi eran
festivos, y ningún negocio podía llevarse a cabo. A mediados del siglo IV a.
C., los juegos públicos duraban sólo un día al año, que se fue extendiendo
sucesivamente hasta llegar a 17 a finales de la República. En la época imperial
alcanzaron los 135 días a finales del siglo II y los 176, según el calendario
de Furio Dionisio Filócalo en el siglo IV: 64 de carreras de carros, 102
de representaciones teatrales y sólo diez días en diciembre, para competiciones
con gladiadores y venationes.
Era lo que decía Juvenal (Sátiras, 10.81), que
para satisfacer al populacho, los emperadores, principalmente, ofrecían panem
et circenses (pan y circo). Sin embargo, aunque su valor como
entretenimiento pudiera haber oscurecido su sentimiento religioso en algún
momento dado, incluso en la antigüedad tardía, los ludi fueron entendidos como
parte de la adoración a los dioses tradicionales, y los Padres de la Iglesia aconsejaron
a los cristianos no participar en estas fiestas.
Su forma singular, ludus tiene varios significados en
latín "juego", "deporte", "diversión" o
"entrenamiento". Su plural es utilizado para "juegos" en
sentido análogo al de las fiestas griegas de juegos, como los Juegos
Panhelénicos. El erudito hispanorromano de la antigüedad tardía, Isidoro de
Sevilla, clasificaba las formas de ludus como gymnicus
("atléticos"), circensis ("celebrados en el circo",
principalmente las carreras de carros), gladiatorius ("gladiadores")
y scaenicus ("teatrales").
Sin embargo, la relación de los juegos de gladiadores
con los ludi es compleja, formando parte, más bien, de los munera, como
recordatorio, en su origen, de las obligaciones y deberes funerarios.
Originalmente, los ludi que parecen inspirados en
juegos similares de los etruscos y a través de ellos, o directamente, de las
esplendorosas fiestas de los griegos, servían para realizar ofrendas votivas
(ludi votivi), para celebrar el cumplimiento de la promesa hecha a una deidad
cuyo favor se había solicitado y conseguido. En el 364 a. C., los Ludi Romani
en septiembre, en forma de carrera de carros, como forma de honrar a los dioses
Marte y Conso, se convirtieron en los primeros juegos que entraron en el calendario
religioso como un evento anual patrocinado por el Estado Romano en su conjunto.
Los juegos en el circo romano eran precedidos por un solemne desfile, la pompa
circensis, encabezado por el magistrado que los patrocinaba en un carro
bellamente engalanado, seguido por muchachos de la nobleza romana (nobiles)
montados a caballo, otros muchachos a pie (futuros infantes), los aurigas y
atletas que iban a competir, bailarines armados, músicos, un coro de sátiros y
las imágenes de los dioses acompañadas por sus sacerdotes.
Pero también, como consecuencia de una victoria
militar, los ludi se conectaban a menudo con los triunfos. La primera venatio
registrada, debida a Marco Fulvio Nobilior, se celebró en el 189 a. C.,
como parte de su ludi votivi, por el que pagó con el botín mostrado en su
triunfo.9
En un principio, los ludi como ceremonias religiosas
durante la República, los organizaban varios colegios de sacerdotes. Cuando
estuvieron más orientados hacia el Estado, fueron organizados por los cónsules,
luego a los ediles y en época de Augusto, los pretores. Aunque se destinaba
dinero público para los ludi, cada vez más, el responsable que lo presidía, se
implicaba en aumentar el esplendor de sus juegos mediante la aportación de
bienes personales, como forma de mejorar sus relaciones públicas. El
patrocinador podía mostrar su riqueza, al tiempo que declaraba tener la
intención de compartirla en beneficio público. Aunque algunos notables que
tenían su ojo puesto en el consulado saltaban el cargo de edil por los
importantes gastos que conllevaba, los que tenían recursos suficientes los
gastaban con generosidad para cultivar el favor de la gente. Las fiestas
religiosas a las que los ludi estaban asignados, también ocasionaban banquetes
públicos y, con frecuencia, obras públicas como la renovación o construcción de
templos.
Después del asesinato de Julio César en el 44
a. C., Marco Bruto se dio cuenta de que un segmento importante del
populus no lo consideraba como un libertador, sino como el asesino de alguien amado.
Entre otros gestos de buena voluntad hacia el pueblo, se las arregló para
patrocinar los Ludi Apollinares, que se celebraban anualmente del 6 al 13 de
julio. Octavio, el heredero de César a la vez le eclipsó con los Ludi Victoriae
Caesaris, "juegos en honor de la victoria de César", que se
celebraron del 20 al 28 de julio en conjunción con una fiesta en honor de Venus
Genetrix, deidad patrona de César y matriarca divina de la gens Julia. Fue
durante estos ludi, que también sirvieron como juegos funerarios, cuando un
famoso cometa apareció para "anunciar" el nuevo estatus divino de
César. Octavio reconoció el valor de estas fiestas para unificar al pueblo, y
ya como Augusto, instituyó nuevos ludi dentro de su programa de reformas
religiosas, espectáculos públicos y entretenimientos que fueron asumidos, por
tanto, por el culto imperial.
Entre los más de 40 ludi conocidos, destacan:
LUDI ANUALES:
Ordenados por mes, como aparecen en el calendario
romano.
Ludi Gothici, 4 al 9 de febrero (normalmente), establecidos
en c. 332 y celebrados anualmente en Constantinopla.
Ludi Megalenses, 4 al 10 de abril, establecidos en el
204 a. C. en honor de la Magna Mater, en conjunción con las Megalensia.
Ludi Ceriales, 12 al 19 de abril, establecidos en el
202 a. C. en conjunción con las Cerealia, 12 de abril.
Ludi Florales, 28 de abril al 3 de mayo, establecidos
en el 173 a. C. en honor de Flora, en conjunción con las Floralia, 1 de mayo y
su "atmósfera de primitiva licencia y orgía pastoral."
Ludi Apollinares, 6 al 13 de julio, celebrados por
primera vez en el 211 a. C. en honor de Apolo para asegurar su ayuda contra
Aníbal, y luego anual por decreto senatorial 208 a. C.
Ludi Victoriae Caesaris, 20 al 30 de julio, desde el
año 46 a. C., establecidos por Julio César por su dedicación del Templo de
Venus Genetrix, en cumplimiento de un voto realizado en el año 48 a. C. en la
batalla de Farsalia, y hecha anual por Augusto.
Ludi Romani, 4 al 19 de septiembre, establecidos en
el año 44 a. C., de acuerdo a algunas leyendas del siglo VI a. C. en honor a
Júpiter o, quizás, del Padre Liber, y del 12 al 15 de septiembre en el siglo
IV. En un primer momento, se mantuvo ocasionalmente, no anualmente.
Ludi Augustales, 3 al 12 de octubre, establecidos en
el año 14, después de la muerte de Augusto y basados en las Augustalia.
Ludi Plebeii, originalmente el 13 de noviembre, en
los Idus de Júpiter, y expandidos para celebrarse del 4 al 17 de noviembre;
establecidos en el 216 a. C., y mantenidos en el Circus, y continuados en el
siglo IV.
LUDI NO CELEBRADOS ANUALMENTE:
Ludi Capitolini, establecidos en el 388 a. C. en
honor a Júpiter por ayudar a recuperar el Capitolio después del asedio de los
galos. Se celebraba irregularmente, y fue restablecida por Domiciano en
el año 86 cada cuatro años.
Ludi Pontificales o Ludi Actiaci, establecidos por
Augusto en el 30 a. C., celebrados cada cuatro años para conmemorar la victoria
de Augusto en Accio. En conjunción con las fiestas Actia.
Ludi Decennales, celebración del décimo aniversario
del reinado de los emperadores romanos. Establecidos por Augusto.
Ludi Saeculares, celebrados con poca frecuencia pero
supuestamente mantenidos poco después de la expulsión de los reyes, con una
planificación determinada por los lIbros sibilinos y la influencia del Gran año
etrusco (un ciclo de 110 años, según los quindecimviri augusteanos). La
celebración más famosa fue en el año 17 a. C. en tiempos de Augusto, cuando se
representó la Carmen Saeculare de Horacio, y para celebrar ocasiones
importantes, como en el 800 y 900 aniversario de la fundación de Roma. Sus
últimas celebraciones se realizaron en el año 397 bajo el emperador cristiano Honorio,
que los permitió de acuerdo con la tradición.
Ludi Taurii, juegos con carreras de caballos en honor
de los dioses del inframundo.
Ludi celebrados en una sola ocasión
Ludi Volcanalici, celebrados por Augusto el 23 de
agosto del año 20 a. C., dentro del recinto del templo de Vulcano, para
conmemorar el tratado con Partia y el retorno de los estandartes legionarios
que se había perdido en la batalla de Carras en el 53 a. C.
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