viernes, 20 de abril de 2018

JULILLA DE LOS CÉSARES, ESPOSA DE LUCIO CORNELIO SILA, LE REPROCHA SU FALTA DE AMOR



¡Bebo y me emborracho porque estoy casada con un hombre que no me quiere, a quien no se le empina cuando estamos en la cama, aunque me la meta en la boca y la lama y la chupe hasta que se me desencajen las mandíbulas!.¡Qué asqueroso hipócrita eres, Sila! ¿Y de quién es la vergüenza, tuya o mía? ¿Por qué nunca es tuya? ¡Tu fama amatoria está lo bastante difundida en la ciudad para que esa lamentable carencia conmigo sea calificada de impotencia! ¡Sólo soy yo a quien no quieres! ¡A tu esposa! ¡Ni siquiera se me ha ocurrido mirar a otro hombre! ¿Y, en cambio, qué es lo que gano? ¡Te pasas dos años lejos y ni siquiera se te levanta cuando me convierto en irrumator! .¿Qué he hecho yo? ¿Por qué no me quieres? ¿Por qué no me deseas? ¡Oh, Sila, mírame con ojos amorosos, tócame con manos amorosas y no volveré a necesitar un trago de vino en mi vida! ¿Cómo voy a poder amarte como te amo si no recibo a cambio ni una chispa de amor?

 

¡Dime qué debo hacer para dejar de amarte! ¡Yo no lo sé. ¿Tú crees que puedo? ¡Dímelo, y en menos de lo que tarda una chispa en prender en la yesca dejaré de amarte! ¡Ojalá pudiera! ¡Ansío dejar de amarte! Pero no puedo. Te quiero más que a mí misma.

( Basado en el relato de Colleen McCullough )


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