EMPERADOR VALENTINIANO |
Cuando aun no había terminado este discurso, escuchado
entre grandes muestras de aprobación, todos y cada uno, según su rango y posición, se apresuraron para adelantarse a los demás y, como si compartieran
sus intereses y sus motivos de gozo, declararon Augusto a Graciano en medio del
ruido enorme provocado por las armas y por los gritos de apoyo.
Al ver esta reacción Valentiniano, muy animado ya,
beso a su hijo, que resplandecía y estaba adornado con la corona y con los
signos de la dignidad imperial, y le hablo así mientras este escuchaba lo que
se le decía:
"Ahí estas, querido Graciano, con la vestidura
imperial, tal como todos esperábamos, pues esa vestidura te ha sido entregada
con presagios favorables por mi voluntad y la de nuestros soldados. Prepárate,
pues, para ser colega de tu padre y de tu tío, afrontando todos tus deberes, y acostúmbrate a penetrar sin temor con tus tropas de infantería por el Íster y
el Rin, allí donde el hielo permita atravesarlos. Acostúmbrate a permanecer
junto a tus soldados, a derrochar tu sangre y tu animo sin mesura en favor de
tus súbditos, y a no considerar ajeno nada que pueda aumentar la gloria del
Imperio Romano".
( Amiano Marcelino )
EMPERADOR GRACIANO |
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