ELÍAS Y SU DISCÍPULO |
ELÍAS Y SU DISCÍPULO
Elías y su discípulo
Eliseo, paseaban por la orilla del Jordán. Elías tomó su manto y con él golpeó
las aguas del río que, dividiéndose, permitieron que los dos pasasen en seco a
la otra orilla. Entonces Elías pidió un último deseo a Elíseo, y éste dijo:
"Quiero que se doble en mí tu espíritu".
ELÍAS Y EL CARRO DE FUEGO |
ELÍAS Y EL CARRO DE FUEGO
De repente apareció
un deslumbrante carro de fuego, tirado por dos caballos que se paró ante ellos.
Elías subió al carro que le transportó al cielo como una exhalación. Eliseo
recogió el manto que se le había caído a Elías, y repitiendo el prodigio, cruzó
a pie el río Jordán.
FIN DEL REINO DE ISRAEL |
El castigo anunciado
por los profetas, se cumplió durante el reinado de Oseas. El rey d
Asiria, Sargón, al frente de un poderoso ejército derrotó a los israelitas y
Oseas, junto con 27.000 prisioneros fueron llevados en cautiverio a
Nínive. Así terminó el reino de Israel,
que duró doscientos cinco años.
HISTORIA DE TOBÍAS |
HISTORIA DE TOBÍAS
Durante el tiempo del
cautiverio, vivió un varón justo y temeroso de Dios al que el Señor cegó la
vista para comprobar su fe en la voluntad divina. Ninguna queja salió de los
labios de Tobias, que éste era su nombre, un día llamó a su hijo y le encargó
que buscase un guía y fuese al país de los Medas a cobrar un préstamo que
tiempo atrás hizo a un hombre llamado Gabelo. Un joven apareció en aquel
instante y se ofreció a acompañarle.
TOBÍAS DA CONSEJOS A SU HIJO
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Tobías, antes de
partir, dio a su hijo esos prudentes consejos:
"Honra a tu madre mientras vivas. Piensa siempre en Dios y no
quebrantes ningún mandamiento. Compadécete de los pobres. Da lo que puedas pero
con buena voluntad. No seas orgulloso y paga puntualmente a los que trabajan
para ti. Lo que no te guste, no lo exijas a los demás. Evita las malas compañías
y escucha los sabios consejos. Bendice siempre a Dios, y ruégale que dirija tus
pasos". Y dicho esto, bendijo
Tobías a si hijo, que partió con su acompañante hacia el lejano país.
LA PESCA DEL JOVEN TOBÍAS
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LA PESCA DEL JOVEN TOBÍAS
Un día, detuviéronse los viajeros a orillas del Tigris.
Tobías quiso lavarse los pies en el río, y en ese instante, el joven vio un
gran pez que se acercaba. Su compañero le ordenó que, con calma, agarrase al
pez y lo sacase a la orilla. Así lo hizo, y su acompañante le dijo:
"Sácale ahora la hiel que puede servirte más adelante y guárdala".
Luego siguieron su camino, y llegados al término de su viaje, cumplieron el
encargo de su padre y regresaron a Nínive.
TOBÍAS RECUPERA LA VISTA |
TOBÍAS RECUPERA LA VISTA
Pasado algún tiempo,
el joven Tobías y su acompañante llegaron sin novedad a la casa de su padre,
que ya les esperaba con impaciencia. Después que se hubieron abrazado, el
compañero del joven Tobías le dijo: "Echa la hiel del pez que encontraste
en los ojos de tu padre". Así lo hizo el muchacho e inmediatamente recobró
la vista el anciano Tobías.
EL MISTERIOSO ACOMPAÑANTE |
EL MISTERIOSO ACOMPAÑANTE
Lleno de alegría y tras dar gracias a Dios, el anciano quiso
recompensar al acompañante de su hijo, pero éste dijo: "Yo soy el arcángel
Rafael, uno de los siete que rodean a Dios. El Señor me ha enviado para
ayudaros". Y diciendo esto, desapareció.
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