Tertuliano
(c. 160-220), primer gran escritor cristiano, cuya obra, escrita en latín,
destaca por su vigor, suave sarcasmo, y expresión aguda y concisa, así como por
su hábil, aunque a veces engañoso, razonamiento. Fue también uno de los
primeros Padres de la Iglesia.
Quinto Séptimo Florente Tertuliano nació en Cartago, hijo de
un centurión romano. Tras estudiar derecho, ejerció en Roma donde, entre el 190
y el 195, se convirtió al cristianismo. Visitó Grecia y, quizá, Asia Menor. En
el 197 volvió a Cartago para contraer matrimonio y hacerse presbítero de la
Iglesia. Hacia el 207 llegó a ser el más destacado líder del montanismo,
movimiento cristiano que fomentó las profecías y practicó una rigurosa forma de
ascetismo. Sus miembros, en conflicto cada vez más abierto con las autoridades
de la Iglesia, fueron a la postre declarados herejes. Celoso paladín del cristianismo, Tertuliano escribió
numerosos tratados teológicos, 31 de los cuales se conservan en la actualidad.
En ellos defiende el cristianismo, refuta las herejías y analiza ciertos
aspectos prácticos morales o de disciplina eclesiástica. Desde sus primeras
obras sus opiniones sobre ética y disciplina, rigurosamente ascética, fueron
poco a poco endureciéndose y, tras adoptar las doctrinas montanistas, criticó
con severidad a los cristianos ortodoxos.
Si no hubiera abrazado la herejía sería uno de los más
importantes Padres de la Iglesia, a quienes su obra influyó con intensidad,
sobre todo a san Cipriano, así como a todos los teólogos cristianos
occidentales. La Iglesia católica acepta muchas de sus obras como ortodoxas,
incluyéndolas en la literatura patrística. Tertuliano fue un profundo conocedor de las literaturas
griega y latina, tanto en su orientación pagana como cristiana, y es el primer
escritor en latín que formula conceptos teológicos como la naturaleza de la
Trinidad. Sin tener modelos en los que basarse, desarrolló una terminología
derivada de varias fuentes, sobre todo de las griegas y del vocabulario de los
juristas romanos. La impronta legalista de este lenguaje teológico, por primera
vez acuñado en Occidente, nunca se ha borrado.
Su obra más famosa, Apologético (c. 197), es una
defensa apasionada de los cristianos contra las acusaciones paganas de
inmoralidad y subversión política. De sus tratados doctrinales destinados a
refutar la herejía, el más importante es De los derechos de los herejes,
donde argumentaba que sólo la Iglesia tiene autoridad para declarar lo que es y
lo que no es cristianismo ortodoxo. En otras obras se manifiesta en contra de
las segundas nupcias, exhorta a los cristianos a no asistir a los espectáculos
públicos y aboga por la sencillez del vestido y los ayunos estrictos. Como
todos los montanistas, sostuvo que los cristianos deberían aceptar la
persecución sin huir de ella. Los historiadores cristianos valoran algunos de
sus escritos, en especial Del bautismo y Sobre la oración, por la
luz que arrojan acerca de las prácticas religiosas de la época.
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