Nicolás
de Damasco o Damasceno (griego Νικόλαος Δαμασκηνός, Nikolāos Damaskēnos) (64 a.
C. - después del 4 a. C.) fue un historiador y filósofo sirio que vivió en
tiempos del emperador romano Augusto. La apelación "de
Damasco" hace alusión a su ciudad natal. Fue amigo íntimo de Herodes el
Grande, a quien sobrevivió por muchos años.
Nació en el año 64 a. de C., hijo de Berenice y
de Antípatro, quien hizo fortuna como orador, tenía un hermano llamado
Ptolomeo. Recibió una brillante instrucción en las academias griegas de Siria.
Muy joven aún empezó a escribir tragedias y comedias, antes de volverse hacia
el estudio de la filosofía de Aristóteles, transformándose en filósofo
peripatético y autor de un Sobre la filosofía de Aristóteles. En algún momento
llegó a ser secretario de Herodes I, convertido en rey de Judea el 40 a.
C. a causa del favor del triunviro Marco Antonio.
Según Sofronio I de Jerusalén, se
convirtió en preceptor de los hijos del triunviro y de Cleopatra (los jóvenes Alejandro
Helios y Cleopatra Selene II, nacidos el 40 a. de C.; quizás Ptolomeo
Filadelfo, nacido el 36 a. de C.). Abandonó seguramente Egipto después de la
conquista por Octavio Augusto el 30 a. de C. Al servicio de Herodes I,
amante de la filosofía, se convirtió en un importante cortesano; introdujo
asimismo a su hermano Ptolomeo. En el 14 a. C. fue encargado de negociar con Marco
Vipsanio Agripa (tenido como sucesor potencial del emperador Augusto), que
se encontraba entonces en Asia Menor, para que defendiera la causa de los
judíos que vivían en las ciudades helenizadas, y consiguió convencerlo de que
abandonara su proyecto de gravar con un impuesto a los ciudadanos de Ilium.
Cuando
Herodes provocó la ira de Augusto al declarar la guerra a los Nabateos, Nicolás
fue enviado a Roma para aplacar al emperador. Igualmente estuvo mezclado en los
numerosos dramas que ensangrentaron los últimos años del reinado de Herodes.
Fue él quien, en nombre del propio Herodes, acusó al propio hijo del rey,
Antípater, ante el gobernador romano de Siria, Quintilius Varus, quien
ejercía una tutela sobre el reino de Judea.
Tras la muerte de Herodes el 4 a. de C., a la
edad de sesenta años, volvió una vez más a Roma con el hijo de Herodes Herodes
Arquelao, a fin de convencer al emperador para apoyar su candidatura a la
sucesión de su padre. Se desconoce todo lo demás sobre su vida: si quedó en
Roma o volvió a Oriente, ni siquiera el año de su muerte.
Su
principal obra fue una historia universal en 144 libros, de la que solo quedan
unos pocos fragmentos. Escribió además una autobiografía, una vida del
emperador Octavio Augusto, algunos textos filosóficos y tragedias; de una de
ellas, Susana, sólo se ha conservado el título.
Según el historiador judío Flavio Josefo,
Nicolás es una de sus principales fuentes sobre la vida y el reinado de
Herodes; siendo citado frecuentemente. También según Josefo, Nicolás menciona a
Abraham en el libro IV de su Historia y es uno de los autores griegos que
comentan del diluvio universal, del arca de Noé y de otros hechos relativos a
la historia bíblica.
Nicolás es conocido, además, por su noticia
sobre una embajada enviada alrededor del año 13 por un rey indio llamado Pandión
(acaso refiriéndose al dinastía Pandya) o, según otros, Poro, al
emperador Augusto. Entre los documentos diplomáticos de la embajada se incluía
uno escrito en griego. En Atenas, un sramana que formaba parte de ella se quemó
vivo para demostrar su fe, hecho que adquirió celebridad, llegando incluso a
ser citado por Estrabón y Dión Casio. La tumba construida para el
sramana, todavía visible en tiempos de Plutarco, contenía la leyenda
"ΖΑΡΜΑΝΟΧΗΓΑΣ ΙΝΔΟΣ ΑΠΟ ΒΑΡΓΟΣΗΣ" ("El sramana maestro de
Barygaza en la India").
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