El físico y las maneras
de Otón no correspondían a tanto valor. Dícese que era pequeño, que tenía los
pies contrahechos y torcidas las piernas. Era cuidadoso de su traje, casi tanto
como una mujer; hacíase depilar todo el cuerpo, y llevaba en la cabeza, casi
calva, cabellos postizos, fijados y arreglados con tanto arte que nadie lo
notaba. Afeitábase diariamente con sumo cuidado y se frotaba con pan mojado,
costumbre que había adquirido desde la edad de la pubertad, con objeto de no
tener nunca barba.
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