Servio Sulpicio Galba (en latín, Servius Sulpicius Galba; c. 194-c.
129 a. C.) fue un político y militar romano del siglo II a. C. perteneciente a
la gens Sulpicia.
Ocupó diversas magistraturas, entre las que destacan la pretura y
el consulado. Su gobierno de la Hispania Ulterior destacó por su conducta cruel
que pudo ser el detonante de la guerra de guerrillas que después enfrentó a la
República con Viriato. Cicerón lo consideraba un gran orador.
Galba fue miembro de los
Sulpicios Galbas, una familia patricia de la gens Sulpicia. Fue hijo de Servio
Sulpicio Galba y padre de Servio Sulpicio Galba y Cayo Sulpicio Galba.
Tribuno militar en el año 167
a. C. comandando la segunda legión romana en Macedonia a las órdenes de Emilio
Paulo, a quien era profundamente hostil. Después de la derrota de Perseo
de Macedonia, cuando Emilio regresó a Roma, Galba trató de impedir que le
fuera concedido el triunfo, pero sin éxito.
En 151 a. C. le fue encomendado
el gobierno de la Hispania Ulterior en el reparto de provincias pretorias,
donde sustituyó a Marco Atilio Serrano, conquistador de Oxtraca.
Prosiguió la guerra contra los celtíberos. Para castigar las
incursiones de los lusitanos a las ciudades sometidas al yugo romano, los atacó
en los confines de las actuales Andalucía y Extremadura. Los lusitanos causaron
a Galba enormes pérdidas y tuvo que retirarse a sus cuarteles de invierno en Conistorgis.
Les prometió tierras fértiles donde se podrían establecer para
cultivarlas y habitarlas con sus familias, efectuando asentamientos bajo la
protección de Roma si permanecían leales. Acudieron unos treinta mil lusitanos
solicitando el cumplimiento de esta promesa.
Galba los repartió en tres campamentos y les exigió que entregaran
sus armas en señal de amistad; entonces los rodeó con todo su ejército y ordenó
atacarlos; unos nueve mil fueron acuchillados y más de veintemil fueron hechos
prisioneros y vendidos como esclavos en las Galias.
De entre los pocos que
pudieron escapar estuvo Viriato, quien años después tomaría venganza de esta
traición romana dando comienzo a las guerras lusitanas.
Esta conducta fue denunciada
por el tribuno de la plebe Lucio Escribonio Libón, que lo acusó cuando
al término de su mandato (149 a. C.) volvió a Roma. También recibió críticas de
Catón el Viejo, quien ya contaba con ochenta y cinco años, por su
conducta.
No obstante Libón consiguió
que se aprobara una ley que ordenaba el rescate de los lusitanos vendidos por
Galba y poco después el Senado aprobó la lex Calpurnia que iba especialmente
dirigida contra los gobernadores culpables de concusión.
En el año 144 a. C., fue
elegido cónsul con Lucio Aurelio Cota. Los dos cónsules se disputaron
quién tendría el mando de Hispania donde Viriato al frente de los lusitanos se
había sublevado.
La discordia reinante
también llegó al Senado, pero se resolvió al final que nadie debía ser enviado
a la península ibérica y que Quinto Fabio Máximo Emiliano, el cónsul del
año anterior, debería seguir al mando del ejército en Hispania.
Apiano afirmó que, a pesar de ser muy rico, era
extremadamente tacaño y que no tenía el menor escrúpulo en mentir o cometer
perjurio siempre y cuando con ello pudiera obtener beneficios económicos.
El personaje de Servio Sulpicio
Galba fue interpretado por el actor Lluís Homar en la serie de
televisión española Hispania, la leyenda, en la que se relatan los
enfrentamientos con Viriato, y en la secuela de esta, Imperium, en la que se
desarrollan las intrigas políticas en Roma.
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