Pese a su sonoridad más helénica que hispana, se cree que
Retógenes provendría del celta rectu-genos, traducido como "de alta
cuna", con lo que una transcripción nominal más exacta podría ser
"Rectúgeno" o "Rectugenos". Este nombre era popular entre
los celtíberos de la época. Además de la evidencia arqueológica, aparece en las
fuentes otro Retógeno anterior que colaboraba con los romanos y estaba
dispuesto a sacrificar a sus propios hijos por su rebeldía contra Roma, una
caracterización difícil de reconciliar con la de Caraunio en caso de que fueran
la misma persona. Por su parte, Caraunio podría provenir del término ibero
gara, "tierras altas", refiriéndose quizá a su tierra natal.
Caraunio era ciudadano de Numancia cuando Escipión
Emiliano comenzó el asedio final a la ciudad. Se le conoce en las fuentes
como el más valiente de los numantinos, y esta cualidad sería demostrada en su
corta pero destacable participación en la guerra, en la que trazó un plan para
romper el asedio y reclamar la ayuda de otros pueblos. Hallándose la ciudad
rodeada por una empalizada construida por Escipión, Caraunio reunió un grupo
con cinco guerreros y sus respectivos sirvientes, y todos juntos asaltaron la
valla una noche, aprovechando la oscuridad para asesinar sigilosamente a los
centinelas sin levantar la alarma. Los sirvientes fueron a por caballos,
cuerdas y una escala plegable, y por medio de ello la comitiva saltó la
empalizada y descolgó a los equinos, sobre los que huyeron todos al galope
antes de que los romanos se percataran del incidente.
Sin embargo, los ancianos de la ciudad temieron represalias y
delataron la rebelión a los romanos por medio de mensajeros. Escipión marchó
contra Lutia y exigió la entrega de los sediciosos, pero estos, quizá sobre
aviso, habían huido. Los ancianos entregaron entonces a 400 jóvenes por miedo,
y Escipión ordenó que les amputasen la mano derecha como castigo y para
impedirles levantar su espada contra Roma. Tras ello volvió al cerco de
Numancia.
Caraunio es representado en el tutorial del videojuego Imperivm
II: La conquista de Hispania, donde sirve brevemente de mentor para una versión
fantástica de Viriato.
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