miércoles, 15 de abril de 2020

GUERRA DE NUMANCIA



Retorna ahora nuestra historia a la guerra de arevacos y numantinos, a los que Viriato había incitado a la revuelta. Cecilio Metelo fue enviado desde Roma contra ellos con un ejército más numeroso y sometió a los arevacos, cayendo sobre ellos con sobrecogedora rapidez, mientras estaban entregados a las faenas de la recolección. Sin embargo, todavía le quedaban Termancia y Numancia. Numancia era de difícil acceso, pues estaba rodeada por dos ríos, precipicios y bosques muy densos, Sólo existía un camino que descendía a la llanura, el cual estaba lleno de zanjas y empalizadas. Sus habitantes eran excelentes soldados, tanto a caballo como a pie, y en total sumaban unos ocho mil. Aun siendo tan pocos pusieron en graves aprietos a los romanos a causa de su valor. Metelo, después del invierno, entregó a Quinto Pompeyo Aulo, su sucesor en el mando, el ejército consistente en treinta mil soldados de infantería y dos mil jinetes perfectamente entrenados. Pompeyo, cuando estaba acampado ante Pompeyo, marchó a cierto lugar, y los numantinos, descendiendo, mataron a un cuerpo de su caballería que corría detrás de él. Cuando regresó, desplegó su ejército en la llanura y los numantinos bajando a su encuentro se replegaron un poco como intentando huir hasta que Pompeyo en las empalizadas y precipicios.

( Apiano en "Iberia" )







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