En el futuro, las legiones de
Roma lucharán por Roma, no por un general ni en una guerra civil. En el futuro,
las legiones de Roma recibirán su paga, sus ahorros, y una pequeña
gratificación cuando se retiren. No más tierras, nada que el Senado y el pueblo
no sancionen. Estoy instituyendo un ejército de veinticinco legiones, y todos
los hombres servirán durante veinte años sin licencia. Una carrera, no un
trabajo. Una antorcha que se llevará por Roma, no un tizón por un general.
Sé que al menos uno de cada
ocho legionarios sabe leer y escribir, pero en el futuro, cuando pertenezcan a
un ejército permanente, todos tendrán que saber leer, escribir y contar. El
campamento de invierno va a estar lleno de maestros.
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