Polibio
(c. 203-c. 120 a.C.), historiador griego. Nacido en Megalópolis,
fue uno de los mil aqueos nobles enviados a Roma como rehenes después de la
derrota de la Liga Aquea en el 168 a.C. El general romano Paulo Emilio
recibió a Polibio en su casa y le convirtió en tutor de sus hijos, el más joven
de los cuales fue adoptado por la familia Escipión y pasó a ser conocido como
Publio Cornelio Escipión. Escipión y Polibio llegaron a ser buenos amigos. En
el 151 a.C., después de dieciséis años en Italia, el Senado romano
permitió que los aqueos exiliados regresaran a Grecia. Sin embargo, Polibio
volvió a unirse a Escipión, le siguió en sus campañas africanas y estuvo
presente en el saqueo de Cartago en el 146 a.C. que puso fin a las Guerras
Púnicas. Cuando estalló la guerra entre los aqueos y los romanos, Polibio
regresó a Grecia, donde usó su influencia con los romanos para conseguir
condiciones favorables para los vencidos.
Los últimos años de su vida los dedicó a la redacción de su
gran obra, Historias, en cuarenta libros. Su objetivo fue explicar cómo
y por qué los países civilizados eran dominados por Roma. Su obra cubre el
periodo comprendido entre el 264 y el 146 a.C., el año en que cayó
Corinto. El libro XXXIV de sus Historias narra las guerras celtibéricas
y lusitanas, de las que fue en algunos casos testigo (por ejemplo, del sitio de
Numancia en el 133 a.C.) al haber acompañado a Publio Cornelio Escipión en
tales acontecimientos. Como historiador, Polibio no sólo intentó enumerar
hechos y acontecimientos sino descubrir las causas subyacentes y extraer
lecciones para el futuro. Con frecuencia su tono es didáctico y, a menudo, la
continuidad de su narrativa se interrumpe por la digresión. Su estilo es
sencillo y claro. Su obra es importante en la literatura griega porque está
escrita en el llamado dialecto común, ático modificado, que hacia el
300 a.C. comenzó a usarse.
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