Cecilia Metela (en latín, Caecilia
Metella; m. c. 80 a. C.) fue una dama romana hija del político Lucio Cecilio
Metelo Dalmático.
Su primer matrimonio fue con Marco
Emilio Escauro, un viejo político en la cumbre de su poder. El patricio Escauro
era princeps senatus y un aliado tradicional de su familia. Tuvo dos niños con
Escauro: Marco Emilio Escauro y Emilia, la segunda esposa de Cneo Pompeyo Magno.
Después de la muerte de
Escauro, Cecilia se casó con Lucio Cornelio Sila. En 86 a. C., Cayo Mario
obtuvo su séptimo consulado y persiguió a sus enemigos políticos, ordenando la
confiscación de propiedades y varias persecuciones. Sila, en este tiempo en el
este, luchando con el rey Mitrídates VI, estaba al frente de la lista. Cecilia
fue forzada a abandonar Roma y se reunió con Sila en Grecia. Allí, nacieron
los gemelos Fausto Cornelio Sila y Fausta Cornelia, casada luego con el pretor Tito
Anio Milón. En 81 a. C., después de una breve guerra civil con el último de los
seguidores de Mario, Sila entró en Roma y fue nombrado dictador. De nuevo,
Cecilia siguió a su marido.
Murió alrededor de 80 a. C.,
posiblemente debido a un cáncer. En sus últimos días, fue obligada a abandonar
su casa debido a que los síntomas de su enfermedad la hicieron parecer impura a
ojos de los pontífices y augures de Roma. Falleció en el templo de Juno
Sospita, sin que Sila fuese a verla por miedo a ofender a los dioses, aunque
estuvo velada por su hijastra Cornelia y por su primo, el pontífice máximo Quinto
Cecilio Metelo Pío. Ignorando las leyes antilujo que había redactado él mismo,
Sila organizó un espectacular funeral estatal en su honor.
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