Ha muerto mi hijo. La última
vez que estuviste en casa murió mi esposa. Dada tu profesión, deberías ser
heraldo de alegría, el deus ex machina de la obra, pero eres la figura velada,
precursora del dolor. No vuelvas nunca a mi casa. Ahora comprendo que mi
patrona Fortuna no consiente rivales, pues yo te he amado con el mismo tesón
interno que ella considera exclusivamente suyo. Te había entronizado como un
ídolo y para mí has sido la encarnación del amor perfecto. Pero ella lo exige
para sí, y ella es hembra, el principio y el fin de todo hombre. Si llega el
día en que la Fortuna rompa conmigo, te llamaré. Hasta ese día, nada. Mí hijo era
un buen hijo, un muchacho como es debido. Un romano. Ahora ha muerto y estoy
solo. No te quiero.
Pasión por los romanos. Un blog de divulgación creado por Xavier Valderas que es un largo paseo por el vasto Imperio Romano y la Antigüedad, en especial el mundo greco-romano.
domingo, 14 de octubre de 2018
CARTA DE SILA A SU AMANTE METROBIO TRAS LA MUERTE DE SU HIJO
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